En Venezuela salarios no alcanzan para comer

El único indicador económico con el que cuentan los venezolanos es el peso de las bolsas al salir del supermercado. Cada día compran menos alimentos y deben invertir más dinero. Por Luisa Mendoza/Diario Las Américas



Los altos niveles de inflación embisten a diario el presupuesto familiar, que se mantiene en cifras rojas. A pesar de que el Banco Central de Venezuela (BCV) no ha publicado los indicadores económicos en lo que va de 2015, y el Instituto Nacional de Estadística (INE) no actualiza la data de la cesta alimentaria desde noviembre de 2014. La realidad es inocultable: la crisis económica es una bomba de tiempo.

Recientemente el Gobierno de Nicolás Maduro decretó un aumento del salario mínimo, que se ubica en 7.421,68 bolívares mensuales, lo que se traduce en un ingreso diario de 247,39 bolívares.

A continuación algunos ejemplos de lo que puede comprar un venezolano con lo que gana en una jornada diaria: una lata de atún de 184 gramos, que rinde para una o dos personas, tiene un precio de 255 bolívares, por lo que se necesita más de un día de trabajo para poder adquirirla. Una madre necesita el ingreso de dos días laborales para comprar una lata de leche materna, de 500 gramos, con un valor de 500 bolívares y que rinde para cuatro o cinco días. En otras palabras, necesita seis latas al mes, que implica la inversión de cerca de la mitad de su salario mensual.

¿Precios justos?

Una reciente encuesta de Datanálisis, una empresa encuestadora venezolana, arrojó que la escasez de alimentos básicos en Caracas durante el mes de mayo se ubicó en 61%, cifra que es mucho mayor en los demás estados del país.

Luis Vicente León, director de la firma, detalló que los productos que más tienden al desabastecimiento son los que tienen un precio regulado por el Gobierno, son precisamente estos los que sufren un alto índice de escasez que supera el 60% en la mayoría de los casos.

Entre estos alimentos se encuentra el café molido, con una escasez de 83,6%; la harina de maíz (83.6%); carne de res (64,2%); aceite de maíz (95,5%); aceite de mezcla vegetal (94%); leche en polvo (83,6%); atún enlatado (82,1%); margarina (82,1%); mayonesa (62,7%) y el azúcar (80,6%).

¿A quiénes benefician estos denominados “precios justos”? ¿Dónde se ubica la justicia: en un precio disfrazado que no se corresponde con la realidad económica, o en la posibilidad de acceder a un producto cuando el consumidor lo necesite?

El control de precios establecido por el Gobierno, según los pequeños, medianos y grandes empresarios, sólo contribuye al desmantelamiento del sector productivo, que ha sido además golpeado por la falta de otorgamiento de divisas para importar materia prima.

Más información en Diario Las Américas
Compartir en Google Plus

Sobre Unknown

0 comentarios:

Publicar un comentario