VALENCIA (dpa) - “Patria, Fórmula 1, socialismo o muerte, venceremos”. La frase le gusta a Pastor Maldonado, orgullo de Hugo Chávez y el primer venezolano en 27 años en competir en la Fórmula 1.
Maldonado, de 25 años, está orgulloso del apoyo del presidente de su país, al que está dispuesto a devolver la ayuda. Si Chávez pone dinero, el piloto se convierte en su embajador.
“Ha reconocido mi trabajo y no sólo el mío, sino el de cada uno de nuestros atletas venezolanos. Me ha ayudado mucho tener el reconocimiento del presidente y estar tan cerca de alguien tan importante como el presidente Chávez. Eso me llena mucho y me da más confianza de seguir luchando y trabajando por mi país”, aseguró en una entrevista con la agencia dpa Maldonado, que en 2011 pilotará un Williams para abandonar el recuerdo en blanco y negro de Jhonny Cecotto compitiendo en 1984.
“Seguro que no es sólo béisbol”, afirma el campeón de la GP2 del año pasado sobre el deporte de su país. Y es que junto a Maldonado, el joven futbolista Yohandry Orozco, el golfista Jhonattan Vegas y el nadador Albert Subirats se han convertido en la mejor representación de Venezuela en el mundo.
“Estoy orgulloso de mi país y no sólo por lo que está haciendo por el automovilismo, sino por el deporte en general, tenemos muchos deportistas apoyados por nuestro gobierno en cada una de las disciplinas y quizás sea un ejemplo a seguir por otros países, ya que nosotros somos embajadores de nuestro país en el deporte”, afirma convencido de que su labor va más allá del asfalto.
Pero Maldonado replica a quien le dice que está en la Fórmula 1 sólo por Chávez: “A Williams un piloto sin talento no puede entrar”.
La ayuda a Maldonado y a Williams por parte del gobierno de Chávez -cuya cuenta de twitter bullirá durante los Grandes Premios- se articula a través de la poderosa petrolera estatal PDVSA, logotipo que se lee en los costados del monoplaza, en cuyo alerón trasero aparece bien visible la palabra “Venezuela”.
Y es que además de la petrolera estatal, entre los patrocinadores del piloto se encuentran la telefónica CANTV, el Banco de Comercio Exterior (Bancoex), el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), el Instituto Nacional para el Deporte (IND) y el Ministerio de Turismo.
Tras su éxito en la GP2 en 2010, Chávez condecoró a Maldonado con una orden nacional al deporte, y el piloto repitió la consigna con la que el mandatario termina sus arengas: “Patria, socialismo o muerte, venceremos”.
“Es sólo un lema, quizás eufórico, ya que tiene mucho que ver con el deporte, con los logros, con las victorias”, justifica Maldonado, declarado simpatizante de Chávez. “Es un lema que él ha utilizado en los últimos años y bueno, si él ha dado todo su apoyo y ha depositado toda su confianza en nuestros atletas, en el automovilismo, que fue un deporte olvidado desde los años ’70 y ’80, pues nosotros también le apoyamos”.
A Maldonado se le ilumina el rostro cuando imagina un Gran Premio en su país. “Esperemos que sí, me gustaría, ¿por qué no? Contamos con todo para tenerlo”, asegura a dpa el piloto, que compartirá equipo con el veterano brasileño Rubens Barrichello, al que el venezolano considera “un ídolo”, aunque advierte: “Vamos a estar dándonos duro con respeto y honor”.
“Es increíble lo que se está viviendo en Venezuela. Después de casi 30 años (sin un piloto del país en la parrilla), hay mucha pasión. No teniendo un piloto ya teníamos mucha pasión, así que ahora se ha despertado más la pasión y hay muchos seguidores que me soportan (sic) y que están felices por mi llegada a la Fórmula 1 y por el equipo en el que estamos”, asegura orgulloso de una escudería que busca recuperar el brillo pasado.
“El plan es volver a ser lo que era Williams hace unos años, un equipo de punta, vencedor, y cuenta con todas las posibilidades de serlo, cuenta con un buen equipo de pilotos, Barrichello y un ‘rookie’ que está entre los mejores tras ganar el campeonato de GP2″, afirma sobre sí mismo hablando en tercera persona.
“Me siento motivado, el equipo ha creído en mí, está creyendo en mí”.
Sabe que le espera una primera temporada difícil: “Será un año duro de aprendizaje, pero estoy con todas las ganas del mundo, lo vamos a hacer muy bien”. Sin embargo, no se atreve a marcar objetivos. “Es temprano para decir en qué condiciones estamos, pero mal no vamos a estar, estoy plenamente seguro”.
Para el venezolano, estar en Williams, una escudería de la mitad alta de la parrilla y con gran historia, es “demasiado”.
“He llegado al equipo justo, era la mejor opción, no hemos desaprovechado la oportunidad. Ahora toca aprender y mejorar, cada día se puede mejorar y aprender más, aprovechar cada momento, agarrar cada cosa que esté en el aire y ponerla en práctica”, dice entusiasmado, sin poder esperar a que los motores arranquen ya de verdad el 27 de marzo en Australia.
Dos semanas más tarde de lo previsto tras la cancelación de Bahréin. Dos semanas más de impaciente espera para Maldonado. Y para Chávez.
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