Amadísimos hermanos:
La Cuaresma es un tiempo de gracia y salvación previo a la Semana Santa, durante el cual nos preparamos a celebrar con un corazón renovado los sublimes hechos de la pasión, muerte y gloriosa resurrección de Nuestro Señor Jesucristo….
En Cuaresma, de manera especial, Dios nos invita a convertirnos, es decir, a cambiar de actitud, a mejorar nuestra vivencia de la fe, a ser mejores en nuestra relación con Dios y con los hermanos.
En Cuaresma, de manera especial, Dios nos invita a convertirnos, es decir, a cambiar de actitud, a mejorar nuestra vivencia de la fe, a ser mejores en nuestra relación con Dios y con los hermanos.
AMOR Y PAZ CONTRA LA VIOLENCIA Y EL ODIO
En esta Cuaresma la Conferencia Episcopal Venezolana nos invita especialmente a vivir el mandamiento del amor al prójimo y, específicamente, a trabajar por la paz. Este llamado forma parte de las exigencias fundamentales de Jesucristo, quien en las Bienaventuranzas, al enseñarnos el camino hacia la felicidad y la salvación eterna nos dice: “Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”
El llamado a trabajar por la paz es particularmente apremiante y oportuno en Venezuela y en Caracas, donde en los últimos años se ha ido estableciendo una corriente de violencia, de odio, de egoísmo. Esto se manifiesta en la agresividad de la vida diaria y, de manera alarmante, en el incremento de la inseguridad y de la delincuencia asesina, a veces con una crueldad nunca vista entre nosotros. Sin duda, los organismos del Estado deben cumplir con su obligación de proteger nuestra seguridad personal y patrimonial; por nuestra parte, todos los venezolanos estamos llamados a dejar a un lado cualquier tipo de violencia.
Por ello los Obispos venezolanos hemos querido dirigir la Campaña Compartir de este año 2012 al tema de la vida y de la paz. Hemos de esforzarnos por promover y defender la vida, por trabajar por la paz, y por educar a los niños y jóvenes para la paz. Para ello hemos de procurar, cada uno de nosotros, ser constructores de la paz en nuestra familia, en la comunidad vecinal, en la escuela, en el lugar de trabajo, en fin, en la vida social y política. Además, hemos de recordar que trabajar por la paz, requiere vivir en la verdad y en el amor, practicar la justicia, y promover la libertad.
De manera particular, en este año electoral, todos los venezolanos, y especialmente los católicos, estamos obligados a hacer mayores esfuerzos por desterrar de nuestra conducta todo lo que vaya en contra de la paz: el egoísmo y la indiferencia, la ira y el rencor, el irrespeto a los demás, la violencia verbal, la agresividad política, los ataques físicos, etc. Por el contrario, estamos llamados a ser amables y respetuosos de los demás, a ser generosos y tolerantes, a ayudar a los necesitados, a propiciar la serenidad y la convivencia en todos los ambientes de nuestra actuación.
ACERQUÉMONOS MÁS A DIOS
Trabajar por la paz en un mundo cargado de violencia requiere la ayuda divina. Por esto es necesario que nos acerquemos más a Dios, intensificando nuestra vida religiosa y espiritual: la oración intensa y la participación en la Misa dominical; la generosidad y la caridad con los necesitados, y la penitencia y el sacrificio para controlar y dominar nuestras malas inclinaciones y así ofrecer nuestras vidas a Dios en unión con los sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Dejemos a un lado todo tipo de pecado, participemos en los actos religiosos de la Cuaresma y recibamos los sacramentos de la Reconciliación o Penitencia, y la Sagrada Eucaristía….
ACERQUÉMONOS MÁS A DIOS
Trabajar por la paz en un mundo cargado de violencia requiere la ayuda divina. Por esto es necesario que nos acerquemos más a Dios, intensificando nuestra vida religiosa y espiritual: la oración intensa y la participación en la Misa dominical; la generosidad y la caridad con los necesitados, y la penitencia y el sacrificio para controlar y dominar nuestras malas inclinaciones y así ofrecer nuestras vidas a Dios en unión con los sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Dejemos a un lado todo tipo de pecado, participemos en los actos religiosos de la Cuaresma y recibamos los sacramentos de la Reconciliación o Penitencia, y la Sagrada Eucaristía….
CONCLUSIÓN:
Mis queridos hermanos: Al contemplar a Jesús, Dios hecho hombre, nuestro Divino Salvador, fortalezcamos nuestra fe, es decir, nuestra acogida a su persona, a su palabra, a sus exigencias. ¡Aceptemos su invitación a la auténtica felicidad! Por mi parte, los invito a fortalecer su vida cristiana y sus prácticas de piedad, y a ser esforzados constructores de la paz, como corresponde a nuestra gloriosa condición de hijos de Dios, discípulos de Jesucristo, y miembros de nuestra Santa Iglesia Católica.
Con mi afectuosa bendición episcopal,
+JORGE L. UROSA SAVINO,
CARDENAL ARZOBISPO DE CARACAS
CARDENAL ARZOBISPO DE CARACAS
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