Es difícil imaginar una elección en Venezuela sin Hugo Chávez, la personalidad de proporciones épicas que mira hacia abajo desde vallas y murales y satura las ondas de radio y televisión durante horas con su mezcla única de encendidos discursos y bromas campechanas, reseña la agencia AP.
Sin embargo, ese es el escenario que este país sudamericano debe contemplar en momentos en que el carismático populista, que ha dominado el panorama político durante 13 años como presidente, es atendido en Cuba por un posible retorno del cáncer que creía haber derrotado.
Si Chávez llegara a morir, o sus persistentes problemas de salud lo obligaran a retirarse repentinamente del ojo público, eso podría sumir su movimiento político de inspiración socialista en el caos sobre quién sería el candidato de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
Para sus adversarios durante mucho tiempo marginados, competir contra un candidato que no se llame Hugo Chávez representa una mejor oportunidad de recuperar el palacio presidencial, pero los leales a Chávez podrían ver como ilegítima una victoria sobre su héroe y su disputa podría crear inestabilidad. Así que un mundo sin Chávez significaría un mayor potencial de agitación tanto para sus partidarios como para sus opositores.
“Creo que todos están deseando una operación exitosa” dijo Mariana Bacalao, una profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela.
Incluso el adversario electoral de Chávez, Henrique Capriles, ha deseado al presidente una pronta recuperación diciendo que quiere ganar en buena lid.
Chávez se sometió el lunes a una cirugía en La Habana y sus asistentes dijeron que se estaba recuperando positivamente después de que se le retirara una protuberancia de dos centímetros del mismo lugar donde se le extirpó un tumor maligno el verano pasado. No se ha confirmado que el nuevo tumor sea canceroso.
El presidente venezolano Elías Jaua señaló a ultima hora del miércoles que Chávez se estaba recuperando después de la cirugía, comiendo sopa y descansando.
“Se está recuperando”, dijo Jaua, hablando con el conductor de un programa de entrevistas de la televisión estatal.
Jaua agregó que él y Chávez discutieron brevemente una serie de temas, desde la inversión china en Venezuela, proyectos de infraestructura y programas sociales en beneficio de los pobres.
Jaua describió el ánimo del presidente como optimista, y dijo que Chávez se estaba sintiendo con energía.
Sin embargo, no se han dado detalles concretos sobre la gravedad de la enfermedad de Chávez, y con las conjeturas volando sobre un pronóstico funesto, los venezolanos están cada vez más obligados a preguntarse, ¿y qué tal si…?
Si Chávez, de 57 años, se recupera totalmente y regresa al sendero de su campaña, sería un candidato formidable. Con los índices de popularidad cercanos al 50%, aún es el hombre a vencer, aunque encuestadores pronostican una contienda reñida contra Capriles, el gobernador del estado de Miranda que hábilmente ganó una elección primaria en febrero.
Derrotar al cáncer por una segunda ocasión podría incluso abrillantar la imagen de Chávez como un político a prueba de balas que sobrevivió un intento de golpe de Estado en 2002, una perjudicial huelga general de tres meses poco después y un referendo de revocación en 2004.
Si permanece en la contienda presidencial pero debilitado por semanas de tratamiento de quimioterapia o radiación, sin embargo, sería vulnerable a las dudas sobre su capacidad de gobernar durante un nuevo período presidencial de seis años.
Si Chávez se ve obligado a abandonar la contienda, el destino de su partido podría depender de su capacidad para designar a un nuevo candidato y hacer campaña por esa persona. Existen fisuras en el movimiento del presidente, y sin Chávez congregando personalmente a las tropas, sería difícil alinearse detrás de un sustituto.
“Pienso que eso sería el beso de la muerte para los chavistas en lo que respecta a octubre”, dijo Steve Ellner, un experto en Ciencia Políticas de la venezolana Universidad del Oriente.
Incluso si Chávez se encuentre lo suficientemente sano para apoyar a un sucesor seleccionado con detenimiento, él no ha permitido una selección obvia para desarrollar en las altas esferas del poder.
Algunos ven un posible candidato en el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, un ex militar que participó en el fallido golpe de estado de Chávez en 1992. Otra posibilidad es el hermano mayor del presidente, Adan, gobernador de Barinas.
El factor inconveniente del movimiento bolivariano de Chávez es que muchos de sus partidarios recelarán de cualquiera que no sea el “comandante”.
“No veo a nadie que pueda tomar su lugar. Si no puede, no votaría por la oposición, pero mucho menos votaría por Jaua, Diosdado, no confío en ellos. Todos ellos son unos patarucos (gallos que no son buenos para la pelea). Si Chávez no está no tenemos a nadie más”, dijo Humberto Chacón, un vendedor ambulante de 25 años.
Chávez ha ganado elección tras elección valiéndose del culto a la personalidad, y podría ser reacio a arrojar la toalla si es físicamente capaz de continuar.
“El propio presidente ha creado y ha además alimentado esa visión en la cual el único líder es él no le deja espacio ni siquiera a otros miembros de su propio partido”, dijo Bacalao.
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