La lista de chavez

Lo que el Presidente oculta es que su gobierno adelanta una política de apartheid contra aquellos venezolanos que se atreven a enfrentar sus discursos de odio y de incitación a la violencia

Según las agencias internacionales, cosa que advertimos para que no digan que este diario está inventando, el Presidente afirmó ayer que consideraba "muy grave que la coalición opositora quemara los cuadernos electorales de las primarias e incumpliera una decisión del Tribunal Supremo que ordenó detener la destrucción del material".

Cualquiera bien informado sabe que el Gobierno, al estilo nazi, toma esas listas y las coloca en una página web roja rojita para que nadie tenga derecho de trabajar como empleado público, reciba una beca o sea beneficiario de una ayuda oficial.

Lo que el Presidente oculta es que su gobierno adelanta una política de apartheid contra aquellos venezolanos que se atreven a enfrentar sus discursos de odio y de incitación a la violencia.

Contra todo peligro persisten en exigir una democracia y no un régimen militar corrupto.

Si aquí existiera una democracia no habría necesidad de quemar los cuadernos de votación ni evitar que los votantes se tiñan el dedo meñique con tinta indeleble. Pero como lo que existe es un régimen autoritario que no pierde oportunidad para perseguir y reprimir a sus opositores, entonces cualquier medida precautelar está plenamente justificada.

La opinión pública venezolana e internacional conoce muy bien estos métodos represivos del Gobierno venezolano copiados al carbón de la manera de votar y controlar al ciudadano en Cuba. Es una forma de crear una cárcel virtual en la que tu firma y tu huella pueden significar la posibilidad de conseguir trabajo, becas de estudio y ascender en la burocracia con todas sus prerrogativas, o pasar a la lista de los leprosos políticos a los que se debe aislar, negar el derecho al trabajo o estudiar y viajar.

Ayer el Presidente salió a dar la cara por sus alicaídas huestes que, a pesar de que apelaron al miedo y al odio no pudieron impedir que la jornada electoral fuera pacífica, alegre y bien organizada.

El mandatario dijo en cadena de radio y televisión que "se han aclarado muchas cosas ahora cuando ya la burguesía tiene su candidato", al referirse a las primarias del 12 de febrero. Bueno, la oposición debería llamar al libro Guinness para colocar este récord de burgueses que fueron a votar.

Este es un país que tiene más votantes de la burguesía que militantes del PSUV, el partido de gobierno. Pero además cuenta con más votantes de la burguesía que los dos millones de empleados públicos que están en nómina y que son movilizados disfrazados con franelas rojas cada vez que el mandatario nacional quiere hacer fingir una multitud ante los medios de comunicación.

Lamentablemente, señor Presidente, ayer un funcionario mató a un trabajador porque manifestaba contra la quema de los registros electorales. Una grúa de la policía de Aragua lo atropelló y le pasó dos veces por encima. ¿Esa grúa era de la burguesía o de uno de sus hombres de confianza? En principio, ese muerto es suyo.
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