MEXICO (AP) — El temor de que el terremoto y tsunami que azotó Japón el viernes desencadenara un desastre en el Pacífico se disipó cuando las primeras olas causadas por el sismo llegaron a territorio mexicano con solo 70 centímetros de altura.
Aunque la alerta inicial prevenía de la posibilidad de que un tsunami golpeara a los países con costas en el Pacífico y eso provocó que en países como Ecuador se ordenará evacuar poblaciones enteras, se suspendieran operaciones petroleras y aeronáuticas.
Pero cuando el oleaje derivado del terremoto llegó a Hawai y después a México se determinó que no causaría efectos devastadores y el presidente Rafael Correa, que incluso llegó a decretar estado de excepción reconoció que “las probabilidades de un tsunami fuerte como se calculaba… va a ser solo una marejada”.
“Parece que esa energía se ha dispersado porque la onda se ha expandido muchísimo y ha perdido muchísimo la energía de la ola… y esas son buenas noticias”, expresó el gobernante en rueda de prensa.
Casi simultáneamente las autoridades mexicanas informaron que la onda de impacto del sismo en Asia llegó con una demora de 45 minutos respecto a lo que inicialmente calculaban y provocó olas de una tamaño máximo de 70 centímetros, las cuales después de unos minutos solo decrecieron, según el vocero de la Secretaría de Marina, contralmirante José Luis Vergara.
Ensenada, en la península de Baja California, fue el primer lugar de Latinoamérica a donde llegaron a las 11.30 horas (1730 GMT) las primeras olas a causa del terremoto de 8,9 grados en Japón y la Coordinadora de Protección Civil de México, Laura Gurza, consideró que “es un escenario positivo el que podemos ver, pero es importante no bajar la guardia”.
Cuando pasó por Hawai el oleaje no provocó ningún daño. Un grupo de estudiantes uruguayos que vacacionan en islas de ese archipiélago reportó a sus parientes en Montevideo que se encontraban sin novedad.
Hawai el oleaje no provocó ningún daño. Un grupo de estudiantes uruguayos que vacacionan en islas de ese archipiélago reportó a sus parientes en Montevideo.
Adriana Benedicto, madre de uno de los estudiantes, dijo a la página digitalObserva de Uruguay que la última vez que se comunicó con su hijo le comentó que “los llevaron (a refugiarse) a una universidad en la parte alta de la isla, en Honolulu”.
“El agua llegó pero muy poco, así que espero que los dejen volver al hostal en la noche y poder comunicarme con ellos”, dijo la mujer.
Correa había ordenado evacuar los habitantes de las Islas Galápagos y de toda la región costanera y la policía ecuatoriana desplegó a 12.800 efectivos para ayudar en esa actividad y resguardar los bienes de quienes dejaran sus moradas.
La Dirección de Aviación Civil suspendió operaciones en los aeropuertos ecuatorianos de Esmeraldas, Manta Manabí y Galápagos, en donde también se cerraron todos los sitios de interés del archipiélago para cuidar a los turistas y apoyar a los guardaparques en la evacuación de las comunidades locales hacia zonas altas.
La ciudad más grande de Ecuador, Guayaquil, se encuentra en la costa del Pacífico. Las Galápagos —13 islas volcánicas, islotes y rocas— una zona protegida por la UNESCO por sus especies de fauna y flora únicas, se ubican a 1.000 kilómetros de la costa, son un atractivo mundial y las habitan unos 15.000 personas.
También la chilena Isla de Pascua, a 3.500 kilómetros de Santiago, los pescadores guardaron sus lanchas y el aeropuerto, que se encuentra a unos 45 metros por encima del mar, se preparó como refugió para los más de 5.000 residentes y turistas que se encontraban en Hanga roa, poblado de la zona.
El presidente Sebastián Piñera había advertido que la población no se alarmara y asistiera con normalidad a sus trabajos y escuelas, pues de avizorarse algún peligro habría tiempo para reaccionar.
El capitán Atilio Aste, responsable del Sistema Nacional de Alerta de Tsunami de la Marina Guerra del Perú, informó a la radio RPP de Lima que las olas que llegarán serían “de baja altura”, aunque no descartó que cobrarán dimensiones inesperadas.
Ante la eventualidad de un desastre, el director de Defensa Civil, Guillermo Alvizuri, informó que en zonas costeras peruanas hubo pobladores que decidieron abandonar sus casas como precaución y el ministerio de Educación suspendió clases en zonas cercanas al mar de 10 regiones del litoral.
Sebastián Piñera había advertido que la población no se alarmara y asistiera con normalidad a sus trabajos y escuelas.
Medidas similares se adoptaron en Centroamérica.
La hondureña Comisión Permanente de Contingencias instó a las autoridades a restringir la navegación y abstenerse de realizar actividades en las playas.
El ministro salvadoreño de Ambiente, Germán Rosa, dijo que “lo máximo (de oleaje) que podríamos tener es un poco más de dos metros… no esperamos tener un problema de que vayan avanzar las olas, que se vayan a internar”.
El general Mario Perezcassar, jefe de la Defensa Civil de Nicaragua, dijo que emitirán comunicados para que 74 comunidades, habitadas por unas 100.000 personas, sepan del desarrollo de la alerta y recomendó alejarse de las playas.
Dijo que unos 3.000 militares y policías nicaragüenses están listos para prestar auxilio.
Los presidentes guatemalteco Alvaro Colom y panameño Ricardo Martinelli emitieron mensajes de tranquilidad a sus conciudadanos.
Colom dijo en rueda de prensa que “el riesgo puede ser mínimo, pero hay que estar alertas”.El gobernante panameño expresó: “no nos alarmemos”, aunque el sistema de protección civil recomendó a las embarcaciones pequeñas evitar salir a altamar.
La Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica tampoco espera un impacto considerable, aunque como prevención el ministerio de Ambiente informó que cerrará al medio día el acceso del público a los parques nacionales ubicados en la costa del Pacífico, según un comunicado.
En Colombia, Luz Amanda Pulido, directora del Sistema Nacional de Atención y Prevención de Desastres, dijo a la AP que el país emitió un aviso de tsunami, en 16 municipios de cuatro departamentos, pero que “no hay una orden de evacuación todavía”.
El comandante de la Armada de Colombia, almirante Alvaro Echandia, dijo en entrevista tele…fonica que “hasta el momento no hay información de que haya un peligro grande, pero… hay restricciones en la navegación de naves pequeñas” que prevén levantar dos horas después de que lleguen las olas.
El presidente Juan Manuel Santos, en un discurso, expresó al respecto que “dicen los expertos que lo mas probable que aquí no sea mayor cosa, puede elevarse en algo el nivel del mar a eso de las 7 de la noche, pero en estos fenómenos nunca se sabe, son impredecibles y por eso vamos a estar alertas… para prevenir cualquier desastre”.
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Los periodistas de AP Federico Quilodrán en Chile, Gonzalo Solano en Ecuador, Vivian Sequera en Colombia, Franklin Briceño en Perú, Juan Zamorano en Panamá, Filadelfo Aleman en Nicaragua, Marcos Aleman en El Salvador, colaboraron con este despacho
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