Una niña torturada, violada, muerta; un caso de inexplicable actuar

Indignación, dolor, impotencia y desconcierto embargan los corazones de quienes conocen la historia de Yuliana Andrea Samboní, la niña de siete años que fue raptada, torturada, violada y asesinada en Colombia de manos de un arquitecto, un miembro de la sociedad común y corriente, que pasa a tu lado como uno más pero que no lo es.

Rafael Uribe Noguera es el victimario de la historia más aberrante ocurrida en Latinoamérica en los últimos días. Foto agencias

Cuando pensamos en un pedófilo se nos viene a la mente generalmente un hombre vago, resentido, antisocial, quizá tímido y evidentemente misterioso, características que nada tendrían que ver con un prestigioso profesional, joven, perteneciente a una reconocida y adinerada familia bogotana y considerado exitoso por sus vecinos, amigos y conocidos, como lo era Rafael Uribe Noguera, el victimario de la historia más aberrante ocurrida en Latinoamérica en los últimos días.
 
No era frecuente en ese humilde sector ver pasear una lujosa camioneta gris.
Pero es evidente que Uribe Noguera no es una persona común. Con su cara de buen ciudadano llegó a eso de las 9:00 de la mañana del domingo pasado al barrio Bosque Calderón Tejada, en Bogotá, Colombia.

No era frecuente en ese humilde sector ver pasear una lujosa camioneta gris. Pero no era la primera vez que acudía. Uribe Noguera fue calculador con su objetivo: estuvo siguiendo a su víctima por más de 20 días, planificando todo lo que le haría, quizá mientras compartía un café, un abrazo o una conversación común con algún conocido, tal vez sobre el clima, deportes o política.

Tomó a la inocente niña a la fuerza y la subió a la camioneta. Los familiares trataron de evitarlo, pero arrancó el vehículo con fuerza. Nadie la volvió a ver con vida.

La llevó hasta un lujoso apartamento propiedad de su familia en Chapinero, una zona cercana, donde dejó caer sobre el pequeño cuerpo toda la furia de su aberrada mente. De hecho, las autoridades aseguran que la niña fue torturada desde el mismo momento en que fue ingresada a la camioneta.



Alcohol y cocaína se combinaron con una personalidad enferma. Uribe torturó y abusó sexualmente de la infante, y luego la dejó muerta por asfixia mecánica mixta, entre la sofocación y el estrangulamiento. Allí fue encontrada la inocente criatura a las 8:00 de la noche. Sus padres desesperados la buscaban desde hacía horas.
 
Justo a pocos días del gran movimiento mundial “Ni una menos” se inician un procedimiento por este caso considerado femicidio. “Los niños no deberían morir”, este es el pensamiento de quienes se han reunido para expresar su repudio a este acto de violencia que hace a cualquiera perder la fe en la humanidad.

Con el rostro cubierto, chaleco antibalas y rodeado de la fuerza antidisturbios salió Rafael Uribe de la Clínica Navarra, donde estuvo internado por sobredosis de estupefaciente. Es evidente que protegen su inmunidad, como nadie pudo hacerlo con la de Yuliana Andrea, es tácito que la sociedad no está conforme con la vida de este arquitecto. En su lujosa camioneta solo quedaron los zapatos de la pequeña víctima.

La conmoción del crimen se incrementa a medida que las autoridades revelan más detalles escabrosos de lo ocurrido.

Las autoridades habrían llegado a su domicilio siguiendo las placas del vehículo que aparecía en videos de seguridad y dirigidos por quien figuraba como dueño del mismo, que resultó ser hermano del sospechoso -el abogado Francisco Uribe Noguera-, quien aseguró que había vendido recientemente la camioneta a Rafael.

– Ni siquiera quiero leer la noticia, solo vi el título y no quise continuar, pero un amigo me dice que tengo que hacerlo aunque no me guste. Solo así podemos protegernos de estos monstruos que lamentablemente existen en la sociedad.
 
Decenas de manifestantes realizan concentraciones con velas y flores blancas.

La familia de la víctima, estudiante del segundo grado de educación básica, se había desplazado hace cerca de cuatro años a la capital del país desde el departamento del Cauca (oeste) en busca de mejores condiciones económicas. Según los medios, la madre de Yuliana Andrea tuvo que ser internada en un hospital tras el impacto emocional que le causó lo sucedido.

Desde que se conoció la noticia decenas de manifestantes han protestado a las afueras del edificio donde se encontró el cadáver y en los alrededores de la clínica donde estaba Uribe Noguera exigiendo justicia. Se han realizado concentraciones con velas y flores blancas.

La conmoción escaló hasta el punto de reabrir el debate sobre la pena de cadena perpetua en el país.

Los familiares del victimario hablan de asumir drásticas consecuencias y pagar, pero muchos se preguntan: ¿existirá una condena que haga sentir a la opinión pública y sobre todo a los familiares de Yuliana que alguien pagó lo que pasó? Por muy alta que sea la pena, ante un caso tan vil y bajo siempre quedará el sinsabor de que hay crímenes que no tienen castigo.

Una niña torturada, violada, muerta; es un caso de inexplicable actuar.

Maidolis Ramones Servet
Fotos: Agencias
Noticia al Día



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