Osama Bin Laden, nueva teoría sobre su muerte


El periodista Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, en un artículo publicado en la 'London Review of Books' detalla las 'mentiras' del fin del líder de Al Qaeda.
Según sus investigaciones, no se produjo ningún tiroteo en su casa de Pakistán ni se arrojó su cadáver al mar. En realidad, un alto cargo del espionaje paquistaní se lo contó todo a la CIA a cambio de dinero.
Casi de inmediato, la Casa Blanca rechazó en forma categórica las afirmaciones "sin fundamento" del periodista estadounidense Seymour Hersh, según quien el gobierno mintió respecto de las condiciones en las cuales su país mató en mayo de 2011 a Osama Ben Laden en Pakistán.
"Hay demasiadas inexactitudes y afirmaciones sin fundamentos en este artículo como para responder punto por punto", afirmó Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).
Dice Hersh que la CIA y los servicios de seguridad de Estados Unidos no jugaron ningún papel relevante a la hora de descubrir a Bin Laden. No hubo ninguna confesión de ningún prisionero que fuera obtenida por medio de torturas que ayudaraa encontrar al correo del fundador y jefe de Al Qaeda. No se produjo ningún tiroteo en la casa en la que vivía Bin Laden.
Y, para rematar, el cadáver del terrorista no fue nunca arrojado al mar.
En su artículo, Hersh explica que, en realidad, Estados Unidos se enteró de donde estaba Bin Laden cuando un alto cargodel ISI -el servicio de inteligencia militar de Pakistán- se presentó directamente en las oficinas de CIA en Islamabad para decírselo, en agosto de 2010. La persona, cuyo nombre no desvela el periodista, solo quería dinero, Y ahora vive en Estados Unidos, donde trabaja como consultor de la CIA.
El ISI tenía a Bin Laden prisionero desde el año 2006 en la ciudad de Abbottabad, en una casa situada a tres kilómetros de la Academia General del Ejército de ese país y de una base militar, y a un cuarto de hora en vuelo de helicóptero de uno de los principales centros de mando de su sistema de armas nucleares. El fundador de Al Qaeda vivía en una casa con "barrotes en las ventanas y alambre de espino en el tejado", según Hersh. Estaba muy enfermo, y había sido puesto bajo tratamiento médico por el propio ISI. Bin Laden, de acuerdo con la versión de la 'London Review of Books' no tenía protección, y estaba aislado del resto del mundo.
Una vez que confirmaron la veracidad de la información, los estadounidenses simplemente se dirigieron al alto mando del ISI para explicarles que tenían localizado a Bin Laden. Confrontados con los hechos, los líderes militares paquistaníes notuvieron más remedio que aceptar la situación. Su única condición fue que Bin Laden no saliera vivo de la casa nunca.
Arabia Saudí, que, según Hersh, había financiado gran parte de la operación para mantener al fundador de Al Qaeda arrestado, también insistió en que Bin Laden debía ser asesinado, para que nunca pudiera hablar de los vínculos entre Riad y su organización.
Los soldados de las fuerzas especiales de la Armada de Estados Unidos fueron guiados por espías paquistaníes hasta la habitación de Osama Bin Laden. Allí se encontraron con el terrorista que estaba agachado, tratando de huir y lo mataron a tiros. Después, vaciaron sus cargadores en el cadáver hasta el punto de que el cuerpo de Bin Laden se desintegró, por lo que la Casa Blanca cambió la historia para decir que el cuerpo de Osama bin Laden había sido arrojado al Océano Índico desde el portaaviones Carl Vinson. (I)
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