Gobierno se vale de la crisis para pasarle factura a los medios incómodos

El gran perdedor, de concretarse la desaparición de un medio impreso, será el ciudadano, en consecuencia, la democracia, sostiene Andrés Cañizález, investigador de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).



Diarios como EL IMPULSO, El Carabobeño, Correo de Caroní, entre otros, reviven la agonía experimentada en 2014, cuando una innegable crisis de papel suprimió páginas, cuerpos y suplementos.

Al respecto, el profesor opina que pensada o no, se trata de una política de discriminación.
Si ante la crisis de divisas, la Corporación Maneiro le recortara a todos los impresos por igual, podría analizarse que todos deben ajustarse el cinturón, pero la realidad es que se desconocen los criterios de asignación de papel por parte de la estatal.

“Observamos que los medios de línea crítica se están quedando sin papel, otros, probablemente menos incómodos para el Gobierno, gozan de la materia prima, no reducen ni suprimen espacios”.

También está el caso de los diarios oficiales, que al contrario de reducirse, se multiplican en un momento en el cual aparentemente no hay papel porque no hay dólares para importar el insumo.

“Calculada o no esta maniobra, está claro que la crisis de divisas que tiene el país, está siendo usada con un criterio discriminatorio por parte de las autoridades para castigar a los medios críticos”.

Mientras El Carabobeño se queda sin papel, el diario Ciudad de Valencia, anunció que tendrá mayor tiraje, expuso el profesor de la UCAB.

“Podemos percibir ese sesgo; esa discriminación. No creo que hayamos llegado hasta aquí por algo planificado, respecto a la asignación de divisas, pero sin duda alguna, la crisis se usa para pasarle factura a los medios incómodos”.

-En 2014 hubo ciertas soluciones, este año se percibe una agudización de la crisis, ¿pudieran quedar los impresos sin papel en 2015?

-El año pasado, cuando surgió toda esta crisis, pensé que no se llegaría a ello, que era una estrategia para someter a los medios y al final, cederían el papel. Pensaba que cerrar un medio le resultaba muy costoso al Gobierno, mucho más que mantenerlo en ese esquema de presión e incertidumbre. Ahora, percibo un cambio. El caso más emblemático: El Carabobeño. El presidente de la Corporación Maneiro se ha referido a EL IMPULSO, asegurando que viene un barco con papel. A El Carabobeño lo ignoran olímpicamente. Siento que el Gobierno asumiría el costo de que un medio deje de circular. Entre otras razones porque la agudización de la crisis le da como una suerte de coartada.

Más información en El Impulso.
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