Venezuela, que ya enfrenta niveles de escasez sin precedentes, podría
ver un desabastecimiento aún mayor en el sector de alimentos en los
próximos meses luego de que el régimen de Nicolás Maduro anunciara que
asumirá la distribución de víveres en el país, dijeron analistas.
Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
La medida, que irónicamente fue anunciada por Maduro como la solución
al problema de escasez, terminará por consolidar las políticas de
racionamiento y limitará aún más la oferta de alimentos y la frecuencia
con que estos podrán ser adquiridos.
Para los expertos, esto se traducirá en un mayor control del Estado sobre el quehacer diario de los venezolanos.
“El gobierno sigue considera que si toma el control de la
distribución, va a adquirir el control político del alimento. Está
buscando la distribución de alimentos como arma política”, dijo desde
Caracas el columnista e ingeniero David Morán.
“El desabastecimiento se va a agravar más con la nacionalización.
Ellos lo saben, pero consideran que tienen margen de maniobra, y que el
PIB per cápita en Venezuela aún permite empobrecer más a la población”,
agregó Morán.
Maduro, cuya popularidad ronda en niveles inferiores al 20 por
ciento, dio a conocer la medida el Día de los Trabajadores, anunciando
la nacionalización de la cadena de distribución como una herramienta de
los trabajadores para defenderse del contrabando y de la denominada
“Guerra Económica”.
“Tengo la ley habilitante lista para en los próximos días y semanas
asumir el compromiso”, dijo Maduro en referencia a los poderes
especiales que recibió del legislativo unicameral y que le permiten este
año gobernar por decreto en materia económica.
El gobierno ya controla alrededor de la mitad de la distribución de alimentos a través de diferentes programas.
Pero su gestión en la distribución de alimentos no ha sido muy buena.
“Uno no ve al sector privado registrando pérdidas de alimentos, salvo
que haya problemas con el cierre de una vía”, enfatizó Morán. “En
cambio al gobierno ha estado enfrentando denuncias a cada rato de
contenedores con alimentos descompuestos”.
En el caso más escandaloso, unas 170,000 toneladas de alimentos se
descompusieron en los puertos en el denominado caso de PDVAL, luego que
los productos se echaron a perder dentro de los contenedores ante las
dificultades que tenía el gobierno para distribuirlos.
El régimen también ha demostrado ser un pésimo administrador de las
empresas que ha expropiado, conduciendo a muchas de ellas a cerrar sus
puertas una vez pasaron a manos estatales.
El anuncio de Maduro constituye un nuevo golpe para el ya atribulado
sector privado venezolano, que es obligado a funcionar sin los dólares
que necesita para importar insumos y que en ocasiones es forzado a
vender sus productos y servicios por debajo de los costos de reposición.
Más información en: El Nuevo Herald
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