Aunque sus chances de ganar son ínfimos, el senador sigue firme en su
carrera por la nominación e incluso dice que no se irá como
independiente y que apoyaría a Hillary Clinton si ella es candidata.
En medio de unas primarias únicas tanto en el partido republicano
como en el demócrata, los que observan a este último bloque se preguntan
hace tiempo cuál es el verdadero motor del senador Bernie Sanders,
quien persiste en la carrera a pesar de que su única rival, la
exsecretaria de Estado Hillary Clinton, no sólo está a punto de
conseguir los delegados necesarios para quedarse con la nominación, sino
que tiene más de 500 súperdelegados, mientras que el senador apenas
alcanza los 40.
“Este personaje piensa que ha desatado un movimiento y la conciencia
crítica del Partido Demócrata”, es la explicación que brindó Eduardo
Gamarra, profesor de política de la Universidad Internacional de la
Florida, en diálogo con DIARIO LAS AMÉRICAS. Otros analistas consultados
opinaron que Sanders libra una especie de “batalla ideológica”.
El compromiso que ha asumido el senador por Vermont con la carrera
demócrata, siendo que antes era independiente, es tan grande que ha
dicho que no se separará del partido. Esa opción es algo que muchos le
proponen, incluso Donald Trump, quien con cierto sarcasmo ha escrito
tuits diciendo “Run Sanders run” (“Corre Sanders corre”, como la
película de Tom Hanks).
El manager de la campaña de Sanders, Jeff Weaver, dijo a CNN que éste
no va a postularse como independiente para darle el gusto a Trump de
que se dividan los votos demócratas y pueda ganarle a Hillary. Dijo que
su candidato incluso va a apoyar a Clinton si resulta nominada y que
“trabajará día y noche para hacer que Trump no gane la presidencia”.
“Sanders tiene una conexión con una base que cree que es la dueña de
los valores originales del partido, una conexión electoral que él cree
importante con esa conciencia que debe ser mantenida como conciencia
crítica del partido”, razón por la que el precandidato considera que
debe mantenerse adentro de la contienda, según el profesor.
“Él más que nadie sabe que no va a ganar”, observó el profesor, pero
seguirá en la lucha por una "opción alternativa de política pública en
varios temas. Sobre todo respecto a Wall Street, la educación gratuita, y
otros temas que lo unen con las bases del partido".
El senador por Vermont tiene aparentemente el dinero para llegar
hasta el final, que se enorgullece de haber colectado gracias a
donaciones pequeñas, y promete mantener su bandera del cambio con
posturas socialistas que han conquistado a los jóvenes y los grupos más
liberales y antisistema.
“Clinton es parte del establecimiento, ligada al partido demócrata
tradicional y a más de 30 años de historia del partido. Es muy difícil
que la vean a ella como parte de un cambio, más bien como parte de una
continuidad”, comparó Gamarra.
Por esa razón, tal vez, se está especulando que la exprimera dama
elegirá a Elizabeth Warren como vicepresidenta para su fórmula de
gobierno. Una mujer que endorsó a Sanders, quien mantiene la misma línea
ideológica que el senador, e incluso quien fue pensada como posible
compañera de equipo del aspirante.
“Le guste o no, Clinton va a tener que incorporar este tipo de
personas en su equipo”, explicó el profesor, ya que a la larga le
servirán para captar a los demócratas más conservadores y más liberales,
que podrían saltar con Trump o quedarse con Sanders.
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