Asociacion

Breve Reseña

En la asesoría jurídica gratuita Roa Y asociados hemos demostrado que unidos y organizados, los consumidores dejamos de ser débiles jurídicos, para convertirnos en un poder de inimaginables proporciones.
 
“Ser consumidor por definición nos incluye a todos (…) Somos el grupo económico más grande en el mercado, que afecta y es afectado por casi todas las decisiones económicas públicas y privadas … pero somos el único grupo importante cuyos puntos de vista a menudo no son escuchados."

 ASEJUGRA es una Asociación Civil Venezolana, sin fines de lucro que nace en el año 2010, en respuesta a una necesidad mundial de fortalecer la defensa de quienes han sido débiles jurídicos y que unidos y organizados, sin duda se convierten en un poder de inimaginables proporciones, sobre todo en Venezuela, donde al igual que en otros países latinoamericanos las condiciones sociales y los volátiles índices macroeconómicos son un verdadero caldo de cultivo para que se produzcan luchas entre las partes en sus relaciones jurídicas. Tal es el caso de los deudores Hipotecarios de créditos indexados, los deudores en moneda extranjera, los titulares de tarjetas de crédito que organizados han obtenido importantes logros y se han hecho sentir frente a las dificultades del hostil entorno que rodea sus compromisos.

En ASEJUGRA conscientes de estas realidades, hoy por hoy, hemos logrado reunir en nuestro seno a numerosos afectados en estos y otros casos, para nacer con visión de permanencia y atender la defensa, asesoría y formación de los Consumidores y Usuarios Venezolanos.

SEGURIDAD JURÍDICA CLAVE DE CONFIANZA

Vladimir roa
 A lo largo de diez años hemos estado atravesando por una suerte de laboratorio experimental que realiza improvisados cambios en nuestra economía, comenzamos con un control de cambio con bandas de precio del dólar; luego levantamiento de las bandas cambiarias, lo que triplicó en poco tiempo el valor del dólar frente al bolívar; después fijación de un precio oficial único que terminó subsidiando al dólar con el dinero de todos los venezolanos y detuvo el aparato productivo, pues todo resultaba más barato importado que fabricado en el país; seguidamente un cambio dual; ahora vuelven las bandas, el operador es el Banco Central de Venezuela, y duro golpe a los intermediarios. Todo esto pasando por una reconversión monetaria, dos devaluaciones decretadas, constantes cambios en las normativas y un Cadivi que vive en plena incertidumbre para la asignación de divisas, como si no hay suficientes dólares para cubrir la demanda, con ánimo eminentemente contralor y sancionatorio.

Todos estos ensayos y errores o aciertos según el color del cristal con que se miren, no han sido suficientes para detener la inflación, para evitar la fuga de capitales o para democratizar la inversión en el país. Contrariamente el tema económico tiende a complicarse de manera preocupante, un futuro incierto frente a condiciones adversas, estructuras y servicios colapsados, intermitente desabastecimiento de productos, desinversión del sector privado, pérdida de puestos de empleo formal.

En todos estos cambios, leyes, resoluciones, normas, que han procurado en el papel decretar soluciones, ha faltado el elemento clave para lograr el verdadero control económico, la estabilidad que merecemos los venezolanos, quienes vivimos sobre un gran pozo petrolero en tiempos donde este recurso ha alcanzado valores históricos. Ese elemento fundamental se llama confianza, sin él nada funcionará, sin él no hay quien invierta, sin él no somos competitivos, sin él no controlaremos la inflación, el desabastecimiento, ni mejoraremos los factores de producción interna. Ése es el cambio que esperamos los venezolanos, no queremos ser ni mejores ni peores que nuestros hermanos vecinos, pero nos sentimos tristes cuando nos vemos encabezando las listas mundiales de inflación, inseguridad y riesgo de país.