"Yo entiendo el desespero, pero el desespero no puede ser de tal manera que te conviertas en contrarrevolucionario", exclamó ayer Chávez, en medio de una cadena de radio y televisión que transmitió desde el palacio de Miraflores.
El jefe de Estado señaló que "desde mi punto de vista, no deberían trancar la calle". Sentado frente a su televisor, sintonizando los canales de la "burguesía", el dignatario confesó que ha visto "compatriotas protestando, algunos violentos, que 'queremos hablar con Chávez'", y acto seguido exclamó: "cómo haría yo solo para atender tantas cosas".
El mandatario recordó que recientemente el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, volvió a repetir que "Chávez no puede ser el alcalde de toda Venezuela" y reivindicó la importancia de las instituciones y los ministros en el país.
"Ahora, eso de las protestas, y trancan una calle, pero ya va, es que acaso las viviendas uno las saca debajo de la manga", cuestionó Chávez, quien pidió más tiempo y paciencia para hacer frente a los problemas que azotan a la República.
A los damnificados que constantemente se quejan y demandan auxilio, el candidato a la reelección presidencial solicitó: "no empiecen a hablar como si fueran enemigos del Gobierno, no tranquen la calle". Luego, insistió el comandante: "si hay problemas en refugios, díganlo; pero no tranquen la calle y hablen como si fueran enemigos del Gobierno".
Con la piedrita afuera
En medio de su disertación sobre los damnificados y sus reproches, Chávez dedicó unas palabras al colectivo La Piedrita, acusado de armar niños en la parroquia 23 de Enero.
"Esa es una actitud contrarrevolucionaria, mandé a investigar a fondo eso. Las armas de guerra en Venezuela están en manos de los soldados de la Fuerza Armada Nacional", sentenció el Presidente.
Llamó a seguir el ejemplo del pueblo cubano, que a pesar de todas las penurias sufridas tras la disolución de la Unión Soviética, siguió apoyando a Castro. "La gente no tenía trabajo, los ingresos eran mínimos, gente que pasaba hambre, no había dinero para mantener las escuelas... si hubiera sido un pueblo ignorante, manipulable, hubiera echado a Fidel", concluyó el dignatario, antes de soltar: "bueno para la reflexión, para los que salen a protestar, a trancar calles".
Chávez se mostró indignado porque sus ministros hasta "aguantan insultos" de refugiados que demandan casas. "El Estado burgués hizo las instituciones para adueñarse de las riquezas del pueblo, el Estado revolucionario que estamos creando tiene que funcionar a la inversa", apuntó.
Indicó que las protestas deben ser repelidas "con ideas", "atacando el egoísmo, solo a través de la conciencia se cambia el mundo".
A la oposición le dedicó el mensaje de siempre: dijo que sus líderes no tienen ideología, razón por la cual "se ponen violentos, desesperados", y vaticinó que más nunca volverán a Miraflores. "Una paliza gigantesca les vamos a dar", prometió Chávez.
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