Si bien el hogar puede ser el lugar más seguro, confortable y propicio para el desarrollo
personal, intelectual y físico de un niño. Puede resultar todo lo
contrario. Las estadísticas demuestran que las casas no siempre son
lugares seguros para los niños.
Es en el hogar, en donde la familia
suele pasar la mayor parte del tiempo a lo largo de su vida, siendo allí
donde también existen posibilidades de que surja algún accidente
doméstico de cualquier tipo. Aunque todos los miembros de la familia
tienen las mismas posibilidades de sufrir un accidente, son los niños
los que los sufren con mayor frecuencia. La edad, la ignorancia,
despreocupación, debilidad y características mentales, los convierte en los más indefensos y vulnerables.
Los accidentes no sólo matan, sino que
también dejan secuelas o rastros físicos y psicológicos. Según el
Registro de Trauma Pediátrico, uno de cada cuatro niños que se accidenta
queda con algún grado de discapacidad -dice Alberto Iñón, presidente de
la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP.
Según el especialista, para evitar los
accidentes domésticos hay que tomar conciencia de que se pueden
prevenir, que no son un capricho del destino, de la fatalidad o el
resultado de la mala suerte.
La clave para lograr una prevención eficaz es, por un lado, cuidar permanentemente a los chicos y, por otro,
educarlos y establecer normas claras de
seguridad y límites firmes de protección. A partir del año puede
comenzar la educación de los niños sobre los peligros y el aprendizaje
del autocuidado, de acuerdo con el desarrollo de cada chico. Desde ese momento, el comportamiento de los padres debe ser el ejemplo de esa enseñanza.
Controlar y exigir que los lugares donde
concurren los niños sean seguros es un derecho y una obligación de los
padres. Además, es importante recurrir a controles de salud con el
pediatra para informarse sobre los comportamientos en cada etapa
madurativa y poder anticipar riesgos. A continuación, algunos de los
accidentes más frecuentes para tener en cuenta.
LA COCINA
El peligro latente que hay en las
fuentes de calor, de energía y los utensilios que se manipulan en la
cocina se multiplica con el instinto exploratorio de los pequeños de la
casa. Tratar de que la cocina no sea un lugar de paso obligado de los
niños es un buen método de prevención.
A medida que comienzan a comprender, los
niños deben conocer todos los peligros que hay en ese lugar de la casa y
es necesario decirles que hay maniobras que sólo los adultos pueden
hacer, como usar los fósforos o encendedores. Por eso, en la cocina, los
riesgos y las medidas preventivas para tener en cuenta son:Mangos de
utensilios que asoman de las mesadas o cajones mal cerrados: pueden
provocar cortes y golpes.
No dejar cubiertos al alcance de las manos (especialmente si son de colores y llaman la atención).
- Artefactos eléctricos. Se recomienda proteger las instalaciones contra descargas eléctricas por medio de un disyuntor.
- Cuidado con las comidas y líquidos calientes.
- Si hay perillas de la cocina que se puedan abrir con facilidad se aconseja cerrar la llave de gas.
- Puerta del horno que se abra con facilidad: además del riesgo de quemaduras, está la posibilidad de que puedan usarla para escalar.
- Tener especial cuidado con frascos o vasos de vidrio, productos tóxicos, microondas o procesadoras.
EL BAÑO
Revisar que los aparatos sanitarios
estén amurados correctamente, que las alacenas estén cerradas o trabadas
para que los niños no tengan acceso a medicamentos o sustancias
tóxicas, no dejar el piso mojado y asegurarse de que las instalaciones
eléctricas estén en buen estado son algunas medidas que ayudarán a
evitar accidentes. Otros riesgos habituales son:
- Ahogamiento por inmersión. Es necesario tener en cuenta que un niño pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua.
- Intoxicación por monóxido de carbono cuando se utilizan en el baño estufas de gas o cuando el calefón está instalado en este ambiente. (El calefón debe estar en otro ambiente y las estufas tienen que ser de tiro balanceado).
- Traumatismos por caída en la bañera o en el piso mojado. (Colocar antideslizantes de goma y mantener el piso seco pueden ser una solución).
- Traumatismo de pene producido por impacto con la tapa del inodoro. (Se aconseja proteger la tapa cuando hay varones pequeños en la familia).
- Quemaduras con agua caliente.
- Electrocución al manipular secadores de pelo o afeitadoras eléctricas.
Encerramiento del niño solo en el cuarto de baño (el pánico aumenta el riesgo de lesiones).
EL COMEDOR
Aunque estadísticamente no es uno de los
ambientes más peligrosos de la casa, muchos niños pasan varias horas
por día jugando o estudiando ahí. Las causas más habituales de
accidentes en esta zona de la casa son las siguientes:
- Los pisos encerados pueden provocar resbalones.
- Las alfombras que cubren parcialmente el ambiente pueden ser causa de tropiezos.
- Los desniveles también constituyen un riesgo.
- Los hogares de leña son peligrosos porque el fuego es siempre una atracción para los pequeños.
- Las vitrinas o los aparadores que contengan cristalería o bebidas alcohólicas deben estar cerrados con llave.
- Las mesas ratonas con vidrio deberían evitarse.
- Todo mueble con esquinas filosas a la altura de la cara o la cabeza de los niños debe protegerse o evitarse.
DORMITORIO
El cuarto de los niños debe ser especialmente seguro. Como el diseño industrial y la arquitectura
todavía no suelen estar en sintonía con las habilidades de los niños,
deben ser los padres los que presten atención a los objetos, muebles y
la disposición de estos elementos en el cuarto de los chicos. Algunos
detalles fundamentales.
- La llave puesta en la cerradura del placard o la puerta es una tentación para los más chicos, que se llevan todo a la boca. Para los más grandes, es una invitación a los juegos de encierro.
- Las mesas de luz con vidrio pueden causar cortes si se rompen o rajan.
- Las camas no deben colocarse debajo de las ventanas, ya que pueden ser usadas para escalar.
- Los estantes son preferibles a los cajones, ya que los niños pueden lastimarse los dedos.
- Las cunas deben tener una baranda lo suficientemente alta y con poca separación entre barrotes para evitar caídas. No debe haber espacio entre el colchón y la cuna.
- Las sogas o hilos colgantes de los móviles pueden causar lesiones o autoestrangulamiento.
PATIOS Y JARDINES
Estos lugares, ideales para que los
niños desarrollen su autonomía y sus ansias de exploración, deben ser
seguros para que los momentos divertidos no constituyan un motivo de
preocupación. Los riesgos más comunes son:
- El piso mojado o con objetos tirados, que pueden provocar caídas.
- Baldosas levantadas o rotas.
- Baldosas o cemento que pueda levantar alta temperatura en las horas de la siesta.
- Baldes o palanganas con agua, ya que los niños pequeños se pueden ahogar en una pequeña cantidad de líquido.
- Plantas venenosas, con puntas filosas o frutos pequeños que puedan causar intoxicaciones, lesiones o atragantamiento.
- Plaguicidas, venenos o fertilizantes.
- Herramientas de jardinería, cortadora de césped, entre otros.
- Brasas encendidas en la parrilla.
- Sogas para colgar la ropa (deben estar colocadas a dos metros de altura, por lo menos).
- El ahogamiento en piletas, tanques australianos o estanques es una causa frecuente de muerte entre los niños. (Fomentar la enseñanza a partir de los 4 o 5 años a cargo de personas capacitadas para hacerlo, usar chaleco salvavidas y cercar la pileta).
- La cloración del agua debe hacerse por la noche y en la proporción adecuada.
Los niños no se detienen ante nada y hay
que tener muchísimo cuidado, cualquier cosa puede ser peligrosa para
ellos. Por ese motivo poner en marcha planes de seguridad en el hogar es
fundamental para la seguridad de los más pequeños.
Noticia al Día / Diario El País
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