Están en el momento más romántico de la noche cuando el tronido de los besos es interrumpido por un sonoro prrrrr.
Tu rostro se pinta de carmín en dos
nanosegundos y no sabes dónde meterte. Lo único que quieres en ese
momento es que el rostro de tu pareja delate que, al igual que tú, sabe
que ese ruido no es lo que parece ni proviene de donde podría pensarse…
Durante la penetración o al realizar
algunos ejercicios físicos, los movimientos de estiramiento y
contracción de la vagina pueden dar lugar a la acumulación y
consiguiente expulsión de aire. Esto suele provocar un ruido muy
parecido al de los gases intestinales. A diferencia de estos, no son
producidos por la fermentación de alimentos por lo que son inodoros.
Aunque estas expulsiones poco tienen que
ver con las intestinales, la similitud del sonido suele ocasionar
vergüenza. Por ello, lo mejor es evitarlas. ¿Cómo? Haciendo ejercicios
que ayuden a fortalecer los músculos que rodean a la vagina ya que la
falta de tonicidad es una de las razones por las que suceden. Además, al
fortalecer el suelo pélvico también puedes prevenir la incontinencia
urinaria y tener relaciones sexuales más satisfactorias
Es importante también que consideres
visitar a tu ginecólogo para hablar sobre el tema. Especialmente si las
expulsiones van acompañadas por dolor u olor, ya que pueden ser síntoma
de alguna condición que requiera tratamiento.
Y tú, ¿te los has tirado?
HiperactivaMagazine
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