Caracas, 19 de diciembre. EFE.- Dos días después de sacar de circulación en Venezuela al billete de 100 bolívares (equivalente a 15 centavos de dólar) el Gobierno de Nicolás Maduro decidió traer de regreso esta pieza monetaria con bajo poder de compra y pago, luego de varios disturbios registrados por la escasez de efectivo en el país.
Para hacer frente a supuestas mafias internacionales que almacenaban el papel moneda para desestabilizar la economía venezolana, Maduro había decidido que los papeles de 100 bolívares perderían su legalidad y poder de compra el pasado día 15, cuando debía entrar en vigencia una nueva familia de billetes.
Sin embargo, se retrasó la llegada de este nuevo cono monetario por un “sabotaje internacional”
según el Gobierno, y los ciudadanos se quedaron sin su billete de mayor
denominación y sin las nuevas piezas de 500, 1.000, 2.000, 5.000,
10.000 y 20.000 bolívares, más adaptadas a la inflación que cerró 2015
en 180,9 %.
Esta escasez de dinero físico generó manifestaciones en varios
estados del país -principalmente en Bolívar (sur) donde 450 locales
fueron saqueados y 286 personas detenidas- por lo que el jefe de Estado
se vio obligado a prorrogar la validez de dicho billete hasta el 2 de
enero, devolviendo el país a una relativa calma.
Ahora bien, los 100 bolívares venezolanos cubren el precio de pocos productos y servicios en
un país sumergido en crisis, pero indefectiblemente es la pieza de
mayor valor y, por tanto, la que más se utiliza en una economía marcada
por la creciente inflación, la especulación y el desabastecimiento
generalizado.
Cada vez es más difícil conseguir un caramelo que cueste 100 bolívares en Venezuela, estas sencillas golosinas han superado en precio a dicho billete que en 2008 era suficiente para comprar 80 chocolates o 60 litros de leche.
Cada vez es más difícil conseguir un caramelo que cueste 100 bolívares en Venezuela, estas sencillas golosinas han superado en precio a dicho billete que en 2008 era suficiente para comprar 80 chocolates o 60 litros de leche.
Con una inflación que cerrará este año sobre 500 % según pronósticos,
la moneda venezolana va perdiendo fuerza por lo que los ciudadanos que
deseen hacer compras se ven obligados a usar los canales electrónicos o a
moverse con grandes cantidades de dinero físico.
Operaciones como pagar el estacionamiento, comprar una cajetilla de
cigarrillos o una tarjeta de saldo telefónico, que obligatoriamente se
efectúan en efectivo, implican un esfuerzo para el ciudadano que debe
buscar este dinero en los bancos, entidades que registran largas colas
desde hace un mes por la escasez del papel moneda.
En noviembre pasado la Asociación Bancaria de Venezuela (ABV) informó que las limitaciones para dispensar piezas monetarias se debían a un “proceso de introducción” de billetes de mayor denominación en las entidades bancarias del país.
Faltando 12 días para que termine el año los venezolanos siguen sin
poder acceder a esta nueva familia monetaria, pese a que el Banco
Central de Venezuela (BCV) reportó el domingo la llegada al país de 13,5
millones de billetes de 500 bolívares.
Entretanto, ítems controlados por el Gobierno como el costo del pasaje de rutas cortas dentro de las ciudades
y el del boleto para usar los servicios de transporte subterráneo se
mantienen alrededor y por debajo de los 100 bolívares, respectivamente.
Estas son prácticamente las únicas aristas de la actividad comercial
que cubre el signo monetario de mayor valor en la Venezuela de hoy.
Bajo el severo control de precios que mantiene el Gobierno, un kilo
de arroz o 100 gramos de café tostado y molido cuestan menos de 100
bolívares, pero estos productos escasean en todo el país por lo que la
mayoría de los ciudadanos accede a ellos a través de revendedores a un
precio decenas de veces superior.
El 1 de enero de 2008 entró en circulación el llamado “bolívar fuerte”,
la actual familia de billetes, mediante una reconversión que quitó tres
ceros a la derecha a la moneda venezolana y fue promocionada por el
Gobierno del entonces presidente Hugo Chávez como un robustecimiento del
signo local.
Nueve años más tarde, tiempo en el que el país acumuló 12.000 % de inflación según economistas,
la nación petrolera espera por el nuevo cono, cuya pieza más alta será
200 veces superior al billete de 100 bolívares (unos 30 dólares a la
tasa oficial más alta).
Fuente: EFE
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