Infografía N24: Mayweather vs. Pacquiao, un encuentro por el honor y la historia

(Las Vegas, 02 de mayo. DPA) – Tanta gente pagando tanto dinero no puede estar equivocada, pero Floyd Mayweather y Manny Pacquiao deben aún refrendar este sábado la expectativa que sitúa el combate de Las Vegas como uno de los mejores de la historia del boxeo.

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Mayweather y Pacquiao llegaron a Las Vegas con aire de victoria
El ex campeón de los pesados George Foreman coloca el duelo por delante del “Rumble in the Jungle” que él mismo protagonizó con Mohamed Ali en 1974. Otros opinan que los “combates del siglo” deberían ser siempre entre los pesos pesados. Pero en lo que coinciden todos es en que por fin se enfrentan los mejores boxeadores de la década libra por libra.
En una esquina, el estadounidense Mayweather, de 38 años, invicto tras 47 peleas y ante el que seguramente será el penúltimo combate de su carrera. “Nunca he querido ganar tanto una pelea como ésta. Es la más grande de la historia”, afirma.
El estadounidense Mayweather, de 38 años, está invicto tras 47 peleas y se enfrenta ante el que seguramente será el penúltimo combate de su carrera
En la otra, el filipino Pacquiao, de 36 años y con 57 triunfos y cinco derrotas, la última por KO ante el mexicano Juan Manuel Márquez en 2012. “No buscaremos el KO, sino lanzar muchos golpes para asegurarnos de que estamos por delante en los puntos en cada asalto”, asegura.
En 2009, cuando parecía imposible que Pacquiao pudiera ser noqueado y Mayweather era (aún) más rápido, el intento de organizar la pelea fracasó, lo que provocó que aumentara la expectativa y con ella el dinero para todos. “Hace cinco años este combate me daba 50 millones, ahora me da 200″, dijo el estadounidense, el deportista mejor pagado del mundo en 2014, honor que seguro repetirá en 2015.
Cuando “Money” Mayweather está implicado, siempre hay mucho dinero en juego. Mañana, pase lo que pase, se van a batir varios récords económicos: de ingresos en taquilla en el casino MGM Grand, con capacidad para 16.800 espectadores; de precio de las entradas pagadas en reventa, donde se piden incluso 350.000 dólares; y de compras en pay-per-view a 99 dólares en Estados Unidos.
Se estima que ambos púgiles se repartirán una bolsa de 200 millones (120 para el estadounidense), a lo que hay que sumar una parte de los ingresos en los aspectos anteriores.
El filipino Pacquiao, de 36 años, cuenta con 57 triunfos y cinco derrotas, la última por KO ante el mexicano Juan Manuel Márquez en 2012
Y todo ello sin necesidad de que haya un odio mutuo ni un calentamiento previo con insultos, bravuconadas y demás teatro propio del boxeo.
“Soy mucho más mayor, más sabio. Esta pelea se vende sola”, dijo Mayweather, extrañamente tranquilo y pacífico esta semana, en la que incluso ha elogiado a su rival.
“Queremos entretener a la gente, no hay nada personal, estamos haciendo nuestro trabajo. Debemos inspirar a los niños que nos miran”, dijo Pacquiao, que ha explotado su papel habitual de chico bueno ante Mayweather, encantado de ser el malo.
“Cuando gane Pacquiao será un servicio público al boxeo”, afirmó el entrenador del filipino, Freddie Roach, que cree que la de mañana es una pelea del bien contra el mal.
Detrás del dinero, de los récords y del “reality show” que envuelven la pelea también hay deporte, boxeo. “El duelo es fantástico. Hay uno agresivo (Pacquiao) y otro que contragolpea (Mayweather). Es una superpelea”, dijo en la cadena HBO Lennox Lewis, ex campeón del mundo de los pesados.
Mayweather es un as en defensa, siempre esquivo, rápido de pies, centrado en proteger la cara que le vale el apelativo de “pretty boy” (chico guapo) y en busca siempre del contragolpe. Resistente, confía en su físico, en llegar al último segundo del duodécimo asalto.
Pacquiao es un púgil diferente, casi temerario, de los que hacen disfrutar a los aficionados porque siempre busca castigar al rival. “La gente quiere una pelea emocionante. Lo llaman boxeo. Boxeo es pegar. Eso es lo que quieren los fans, acción”, pidió el filipino, que cuenta con que su oponente correrá y correrá.
Mayweather es el que más se juega. Pacquiao ha aprendido incluso a encajar un KO como el que le infligió Márquez, pero el estadounidense, que combate en su casa de Las Vegas, es el invicto.
“Una pelea no me define”, afirma Mayweather, como despreocupado. Pero alguien que se define como el mejor de la historia, incluso por encima de Ali, sabe que su legado está en juego. Si gana mañana y en septiembre la última pelea que le queda del contrato firmado con la cadena Showtime en 2013, se retiraría como invencible, como sólo hizo Rocky Marciano.
Y Pacquiao sabe que de ganar, pasará a la historia como el hombre que batió al intocable Mayweather. En Las Vegas hay mañana mucho dinero en juego, pero también orgullo, prestigio y leyenda.
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