El consumo de kilocalorías por habitante en Venezuela se elevó a 2.800

Caracas, 4 abr (EFE).- El Gobierno venezolano elevó en una década de 1.800 a 2.800 kilocalorías el consumo alimentario por habitante, superando las 2.700 establecidas por la FAO, dijo hoy el ministro de Agricultura y Ganadería, Juan Loyo, al asegurar que actualmente entre un 70% y 75 % de los alimentos que se consumen son producidos en el país.

“Antes de 1998 -año del primer triunfo electoral de Hugo Chávez- la ingesta calórica de los venezolanos estaba entre 1.700 y 1.800 kilocalorías”, principal medida adoptada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para establecer niveles de desnutrición o subnutrición, subrayó Loyo.

Por ello, sostuvo en declaraciones a la emisora VTV de la red estatal de televisión, los venezolanos “indudablemente” tienen ahora un “buen vivir a través de una mayor y mejor alimentación”.

También aseguró que actualmente entre un 70% y 75 % de los alimentos que se consumen en el país son producidos nacionalmente.

La oposición al presidente venezolano, Hugo Chávez, sostiene que ese porcentaje corresponde a los alimentos importados, lo que Loyo negó y remarcó que en carnes, lácteos, granos y vegetales, Venezuela tiene “aumentos sostenidos de la producción”.

Ello ha permitido, añadió, sin precisar cifras, el cumplimiento de la Ley de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, que obliga un mínimo de reservas para satisfacer las necesidades alimentarias de los casi 27 millones de venezolanos durante al menos tres meses.

Con ese objetivo, Loyo dijo en enero pasado que hasta el año pasado el Gobierno de Chávez había traspasado al Estado a través de expropiaciones o compras negociadas un total de 3 millones de hectáreas de tierras, lo que representa el 10% de los terrenos con potencial productivo del país.

El ministro explicó entonces que “en Venezuela existen 450.000 pequeñas, medianas y grandes fincas que suman cerca de 30 millones de hectáreas” con vocación agrícola, pecuaria y forestal.

Loyo aseveró que el 72% de los terrenos expropiados está ahora en manos de campesinos y se encuentran “plenamente productivos”.

Chávez declaró en 2004 la guerra al latifundio y desde entonces ha expropiado tierras que sean consideradas improductivas, subutilizadas o con títulos de propiedad dudosos, con la promesa de entregarlos a campesinos pobres para que las trabajen.

Gremios empresariales y partidos de la oposición a Chávez rechazan las expropiaciones por considerarlas ilegales y sostienen que con ello la producción y la productividad han bajado y que ello se esconde con las importaciones gubernamentales directas.
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