La generación de venezolanos que están creciendo en este momento la
tiene difícil ante un panorama desolador pleno de falta de alimentos y
medicinas; una educación deficiente y un Gobierno que se niega a
reflexionar sobre las condiciones en las que sobreviven los ciudadanos.
En un trabajo del diario El Nacional, revelan que la crisis económica
y política está dejando secuelas en niños, niñas y adolescentes. En 67%
de los hogares del área metropolitana de Caracas, consultados por el
Centro de Investigación Social, Cisor, no hay suficiente comida para
todos los miembros de las familias durante toda la semana.
La encuesta donde también participó Cecodap se hizo en1.099 hogares
entre el 14 de julio y el 28 de agosto de este año, tiempo en el cual se
entrevistaron a 692 niños y 407 adolescentes de los cuatro estratos
sociales en los cinco municipios que forman el área metropolitana de
Caracas.
— Belkis Guzmán (@BelkisGuzmn) 9 de diciembre de 2016
La periodista Dalila Itriago, autora del escrito explicó que se
consultó sobre los hábitos alimenticios, la percepción de la violencia,
las condiciones sanitarias de su entorno y la salud. También se les
consultó sobre las actividades que prefieren realizar en su tiempo
libre.
De los 1.099 hogares, 61% (670) considera que la alimentación
no satisface el apetito. De esa misma totalidad, 31,39% (345 hogares
donde viven 1.526 personas) dejan de hacer al menos una de las tres
comidas principales del día. Los investigadores comentaron que casi siempre es el desayuno.
Estudio @cecodap: #Niños ya no se preocupan por #jugar, sino porque no se acabe la comida #TrabajoSocial https://t.co/muyxco0e5k pic.twitter.com/6hCHua6zqI— Carlos Lara (@carloslara5) 9 de diciembre de 2016
El estudio publicado por El Nacional revela
que 105 niños y 113 adolescentes temen que en sus hogares se queden sin
alimentos. “Algo que antes no era motivo de preocupación y que ahora se
ha convertido en un aspecto terrible que viven los niños”, aseguró
Matilde Parra, coordinadora del estudio.
Los adolescentes añoran cereales, arroz, pasta y caraotas. Tampoco comen frutas, carne de res, pescado ni leche. “No los pueden comprar porque son muy costosos o no se consiguen en los comercios”, señala el informe.
Aunado al asunto de la comida, la escasez de medicinas y la debilidad
física de los niños, niñas y adolescentes hacen que la salud y la
alimentación sean los principales motivos para ausentarse de la escuela.
Medicamentos también son un problema. En el último año, de acuerdo
con la muestra, 252 niños, niñas y adolescentes enfermaron o tuvieron un
accidente y les prescribieron una medicina. De ellos solo 2,38%; es
decir, 6 compraron con facilidad el medicamento en un expendio. De
resto, 174 buscaron en distintas farmacias, 43 lo recibieron en un
establecimiento público de salud, 43 acudieron a las redes u
organizaciones, 42 lo compraron más caro a otras personas, 30 lo
intercambiaron por otro medicamento o artículo, 11 lo consiguieron en
otra ciudad, 9 en otro país, a 8 se los regaló un familiar, 8 lo tenían
guardado en su casa y 4 lo recibieron gracias a una donación.
Además, de 124 niños y 66 adolescentes que padecen enfermedades
crónicas, 100 no reciben tratamiento, pues no los encuentran todos y 21
no cuentan con el dinero suficiente para comprarlo.
Con información de El Nacional
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