A juicio del líder opositor venezolano, el revocatorio contra Manduro se podrá realizar si el país lo impone.
El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski,
advierte que el video que corre por las redes sociales que muestra la
agresión de la que fue víctima el miércoles 11 de mayo en las calles de
Caracas, está incompleto. “Esa fue la primera oportunidad, pero en total
a mí me echaron gas en la cara tres veces ese día”, comenta el
dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Luego del último ataque, perpetrado por funcionarios policiales que
impedían el paso de la marcha que encabezaba con destino al Consejo
Nacional Electoral (CNE) en el centro de la ciudad, Capriles Radonski
confiesa que por un momento temió haberse quedado ciego. “No veía
absolutamente nada”, relata. Sin embargo, a la media hora pasaron los
efectos del gas pimienta y recuperó la visión.
Con los ojos despejados y bien abiertos, el excandidato presidencial y
uno de los líderes opositores señala que en este momento solo tiene en
la mira un objetivo: la celebración, este mismo año, de un referendo
revocatorio para echar del poder al mandatario venezolano, Nicolás
Maduro.
-Está claro que el referendo revocatorio no es un asunto de
días hábiles y reglamentos, sino de voluntad política. ¿Tiene la Unidad
Democrática la fuerza suficiente para ejercer presión y quebrar la
resistencia del Gobierno?
-También es de cumplimiento de unos requisitos. El revocatorio está
en la Constitución. El revocatorio se podrá realizar si el país lo
impone, no solamente la Unidad. El 70% de los venezolanos quiere
revocatorio, porque queremos una solución a la crisis que estamos
viviendo. Pero ese 70% tiene que movilizarse, porque el Gobierno no
quiere y el CNE se está inventando requisitos para que no haya
revocatorio. Yo sí creo que el revocatorio será este año, tiene que ser
este año. Una cosa es que el Gobierno no quiera y otra cosa es que los
venezolanos decidan que sí quieren. Sí, vamos a tener que sortear más
obstáculos, ya empezaron a dilatar, la “operación morrocoy”, pero igual
pasó el 6 de diciembre, cuando el Gobierno decía que ganaría las
elecciones parlamentarias “como sea” y perdieron por paliza.
-Para conseguir la primera planilla, diputados tuvieron que
encadenarse en el CNE, y hubo agresiones y heridos. Avanzar en este
camino puede costar encarcelamientos y hasta muertes. ¿Están dispuestos a
correr esos riegos?
-Estamos llevando todo este proceso con una altísima responsabilidad.
Nosotros no somos golpistas, los golpes los dan los militares. Nosotros
somos demócratas, luchamos con la Constitución y la movilización del
pueblo. Si el Gobierno pretende matar, la responsabilidad será del
Gobierno. Este es un Gobierno dispuesto a cualquier cosa. La
responsabilidad penal es personalísima. Si nosotros estamos pidiendo
elecciones, no es culpa nuestra. No es que nosotros nos estamos saliendo
de la Constitución, estamos buscando un atajo y el Gobierno tiene que
tomar medidas. No, el Gobierno se está saliendo de la Constitución y las
leyes, y si lo hace ellos serán los responsables y tendrán que pagar
por los crímenes que cometan.
-Qué responde a quienes señalan que como la oposición no pudo
hacer respetar su triunfo en el Asamblea Nacional, ahora corre la
arruga hacia un nuevo proceso electoral. ¿Qué garantiza que sí sabrán
defender la voluntad popular?
-Hay gente que pide a la oposición algo que no es la oposición. La
oposición no tiene tanques de guerra, fusiles, armas. Ni las tiene ni
las vamos a tomar porque nosotros no somos esos, somos unos demócratas
que frente al tiempo histórico que vive el país nos hemos planteado
derrotar democráticamente a un Gobierno que no es democrático. Para
poder lograrlo, se necesita la unión. Entonces, ¿que nos ha faltado
movilización y reaccionar frente a lo que está pasando con la AN? Sí, y
eso es una autocrítica. No es un problema solamente de los diputados, es
un problema de todos los venezolanos que elegimos esa AN. El
revocatorio ayudará a que efectivamente el país pueda empezar a tener
instituciones.
-¿Existe algún diálogo tras bastidores o, al menos, la posibilidad de que se inicie ese proceso?
-Aquí nunca ha habido un proceso de diálogo, porque el Gobierno
pretende convertir el proceso de diálogo en que tenemos que hacer lo que
ellos quieren. El diálogo pasa por respetar la Constitución, las leyes
de la República, la AN, que no haya presos políticos. Aquí no ha habido
diálogo, ni público ni tras bastidores.
-Hace un par de semanas corrieron rumores sobre un posible diálogo…
-¿Con la iglesia?
-Sí.
-Ojalá
-¿Ha avanzado?
-Que yo sepa, en nada. Ojalá se avanzara. Así como 70% de los
venezolanos quiere revocatorio, 70% de los venezolanos también quiere
diálogo. Uno no excluye al otro. Si tú me preguntas en qué debería
existir el diálogo hoy, respondo, vamos a revocatorio. Me dices, viene
la Iglesia. Punto único de la agenda: revocatorio este año. Porque la
solución a la crisis en Venezuela es consultando al pueblo. Venezuela no
tiene futuro con Maduro.
-Luego de la carta que envió el papa Francisco al presidente
Maduro, ¿cómo interpreta y qué espera de la visita del canciller del
Vaticano, monseñor Paul Richard Gallagher, a Venezuela este 24 de mayo?
-Que ayude en ese proceso. La Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur) va a cambiar, está cantado. El presidente Ernesto Samper
(secretario general de Unasur) o corre o se encarama, tendrá que ver
cómo asumirá la nueva realidad política en la región. ¿Qué le pedimos a
Unasur? Revocatorio. Qué le pedí yo a Luis Almagro (secretario general
de la Organización de Estados Americanos), cuando conversé con él en
estos días por teléfono: la solución de Venezuela está en la
Constitución, artículo 72, queremos revocatorio. Nos pidieron 195 mil
firmas para iniciar el proceso, recogimos 2,6 millones. Las entregamos
en horas Allí tienen todo. No quieren revocatorio, no quieren salida
democrática. ¿Qué quieren, entonces, un golpe de Estado, un estallido
social? No lo queremos nosotros. Viene el enviado del Papa. ¿Qué le
vamos a pedir? Revocatorio.
-Usted dice que lo peor que puede pasar es un estallido
social o un golpe militar; sin embargo, esas pueden ser las cartas que
juegue el Gobierno del presidente Maduro, consciente del control que
tiene sobre la Fuerza Armada Nacional (FAN). ¿Cómo evitar esos
escenarios?
-La FAN está muy dividida, no es verdad que está cohesionada,
imposible que lo esté frente a la crisis que vive el país. A veces, la
imagen que se hace la gente de la FAN es lo que ve en la cúpula militar
corrupta que forma parte de la cúpula del Gobierno. El Gobierno puede
pasearse por esos escenarios, la pregunta es si tiene la fuerza para
lograrlo. Pienso que no, ni el país lo acompañaría. Quizás el Gobierno
juega al estallido porque cree que en ese escenario, distinto al golpe,
puede estar en una posición privilegiada para administrar el estallido y
con ello colocarse en una posición de control absoluto del país,
mientras deja a un lado cualquier tipo de proceso electoral. Creo que
jugar a eso es muy peligroso porque un estallido social barre todo,
incluyéndolos a ellos.
-El tuit que envió el encarcelado líder de Voluntad Popular,
Leopoldo López, reconociendo su esfuerzo por el revocatorio, ¿puede
interpretarse como una especie de tregua luego de las diferencias
públicas que han sostenido?
-Nunca ha habido algo como para una tregua. Hemos tenido posiciones
distintas y eso es normal. La gente no tiene que asustarse porque haya
diferencias. Lo importante es que las diferencias siempre se resuelvan
con debate, propuestas, no que terminen en un tema de guerra sucia entre
grupos. Eso sería ponernos de espaldas al país. Aquí se necesita el
esfuerzo de todos, de Leopoldo López, del alcalde Ledezma, de Rosales,
son 70 presos políticos que hay en el país. No hay forma de lograr un
cambio en Venezuela que no incluya a los pobres. Allí es donde he puesto
todo mi trabajo y esfuerzo. Hay gente en la oposición que no lo ve así,
que no le gusta meterse para los barrios. El revocatorio es una
victoria del pueblo, eso lo sabe el Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), por eso ellos no quieren revocatorio. Maduro
preferiría irse por un golpe, por eso juega a trancar la vía popular,
porque sabe que la vía popular es un adiós para siempre. Maduro tiene
que irse por la puerta de atrás, no podemos dejar que se victimice.
Tiene que irse por la puerta de atrás, que es la revocatoria de su
mandato.
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