¿Y dónde quedó la creatividad de los políticos?
09/06/2015
Fernanda Ramirez
(Publirrelacionista)
(Publirrelacionista)
Diferenciarse de los candidatos contrincantes
siempre ha sido una constante en el que, durante las jornadas de
campaña, los equipos de cada partido echan todas las opciones al asador y
en este año no fue la excepción. Algunos candidatos recurrieron a la
elaboración de videos que van desde la adaptación de una canción famosa
invitando a votar por su candidato, hasta el que puso a bailar a los
integrantes de toda la colonia para llamar la atención.
¿Qué buscaban con ello? En las pasadas elecciones la novedad era usar las redes sociales esperando tener resultados positivos como en su momento los tuvo el Presidente Obama. El problema es que sí hubo quienes usaron ese canal para dar a conocer sus propuestas, pero la gran mayoría fue para hablar mal de su contraparte, lo cual termino por hartar a los usuarios de redes y en los medios en general.
La “novedad” fue el uso de videos cuyo protagonista principal es el candidato, ya sea con una historia –como el caso de Hillary Clinton–
en donde utilizó un video que lleva detrás todo un trabajo de
investigación en cuanto a las principales demandas de los
estadounidenses y la forma en que ella las puede resolver. Detona un
trabajo limpio, con producción a detalle y acorde a necesidades
específicas.
Otra modalidad es la de singles originales o simples adaptaciones como la que usó el candidato Rubén Garrido
a localidad alavesa de Oyón, en España, por el Partido Popular, quien
invitaba al electorado a votar pero con muy mala producción.
Y
como en México ya es una tradición copiar las estrategias de otros
países, en estas elecciones lo volvimos a ver, por lo que algunos
candidatos de diferentes localidades como Nuevo León, Veracruz,
Michoacán, Colima, Guanajuato e Hidalgo apostaron a la modalidad de los
videos a la mexicana para masificar sus candidaturas, las cuales
invadieron los canales de YouTube, dando mucho de qué hablar.
Para
empezar, ¿dónde queda esa creatividad que caracteriza al mexicano? En
estas elecciones sólo lo vimos en los memes, los cuales fueron generados
–en su gran mayoría– por el público votante que ya está arto de
escuchar o ver “propuestas” que no aportan nada.
Pero ¿qué paso
con la creatividad en el uso de videos? Según datos de Forrester
Research, a diferencia de los spots que se transmitieron por medios
tradicionales, los videos que se usaron en Internet tuvieron 41 por
ciento de probabilidades de ser más vistos. Ventaja competitiva que los
equipos de campaña no supieron aprovechar muy bien, ya que les falto
investigación de mercado, adaptación a temas actuales y totalmente
ligadas con la realidad mexicana.
Su estrategia fue más bien
intentar entrar en el subconsciente del electorado – como lo afirmó el
periodista e investigador español Rafael Palacios al hacer una visita a
México–, ya que recurrían a la repetición del nombre de su candidato,
pero dejaron fuera los temas de una buena producción y, sobretodo, la
difusión de planes concretos.
La muestra más clara es la del candidato priista al distrito cuatro del estado de Hidalgo, Jorge Márquez Alvarado,
quien con ayuda de su equipo de campaña adaptó la canción ‘Call me
maybe’, de la cantante canadiense Carly Rae Jepsen, con resultados
catastróficos, ya que según una nota publicada por la revista Proceso,
fue titulado como ‘El peor spot de campaña del mundo’, porque el
contenido adaptado no concuerda con la melodía y aunque la improvisada
cantante intenta seguir el ritmo de la melodía, se desfasa. Nos
presentaron un video que atenta contra la inteligencia del electorado,
al creer que no se darían cuenta de los errores tan evidentes en los
ritmos y el contenido.
Por su parte, el priísta Antonio Tarek Abdala Saad,
candidato a diputado federal por el Distrito 17 de Cosamaloapan,
Veracruz, tomó la canción “Happy” de Pharrell Williams (con todo y el
concepto del video), una canción que fue un éxito en 2013 y no se adapta
a la realidad mexicana en donde la inseguridad impiden estar felices y
más si no hay una propuesta concreta que les permita pensar en
seguridad.
En el caso de la candidata por el PRD a diputada local por el distrito 11 en Jalisco, Natalia Juárez,
el video fue más allá de una simple adaptación de letras o el plagio de
una canción, sino una invitación a “despertar” pero acompañado de
movimientos candentes debajo de la sabana, aludiendo que ella ofrece
campañas diferentes y alegres sin importar que tenga que enseñar parte
de su cuerpo para llamar la atención. ¿Hasta dónde hemos llegado? Que
tristeza que alguien tenga que recurrir al morbo o el uso de su propio
cuerpo para proponer hacer la diferencia.
Y que decir de Diego Leyva,
candidato por el PAN al Distrito 1 de Guanajuato, quien intentó llegar a
un público muy específico al atreverse a vestir con las clásicas botas
tribaleras, bailar y a hablar “pocho” invitando al público a que lo
apoyará. ¿Acaso no está rayando en el ridículo tratando de actuar como
el público al que deseaba llegar? Ya parece que en su actuar político
del día a día se va a vestir así. ¿Por qué aparentar algo que no son con
tal de ganar votos?
Y así podemos seguir con decenas de ejemplos.
Lo transcendental hubiera sido ver un diferenciador que marcará el
inicio de las campañas digitales reales y no sólo videos que se
transmitieron a través de internet de manera descontrolada y con muchas
carencias: creatividad, producción y, lo más importante, la carencia de
propuestas claras.
Hubiéramos querido ver campañas que llevaran
detrás toda una investigación de necesidades y audiencias, planteamiento
de propuestas concretas y marketing político de verdad y no estrategias
que atentaron contra la inteligencia de la población.
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