Los meses han pasado y las colas de consumidores a las afueras de
farmacias y supermercados en la búsqueda de alimentos y artículos de
higiene con fallas de abastecimiento se mantienen. Cuando se les
consulta a quiénes esperan en las filas, cuáles son los productos que
más cuesta encontrar, responden: leche, azúcar, café, pañales, papel
higiénico y hasta gel para el cabello, así lo informó El Nacional
María Fernanda Sojo/ MFSOJO@EL-NACIONAL.COM
El gobierno ha insistido en que el desabastecimiento es parte de una
guerra económica. Que el sector privado es el que acapara los productos
subsidiados para venderlos luego con sobreprecio y afectar el poder de
compra de los venezolanos. La realidad para economistas es otra.
“La escasez siempre ha sido el resultado de la falta de producción.
No es que se escondan los productos, es que no se fabrican en la misma
cantidad que antes y el origen del problema es el régimen cambiario que
genera incentivos perversos para la asignación de divisas. No se
distribuyen de manera transparente para que los industriales puedan
importar y producir”, afirmó Sary Levy, economista y profesora
universitaria.
En marzo del año pasado fue la última vez que el Banco Central de
Venezuela publicó el índice de escasez. En esa fecha estaba en 29,4%.
Aunque no hay estadísticas oficiales, los venezolanos siguen padeciendo
la falta de productos, lo que ha modificado los patrones de consumo.
“Los venezolanos han duplicado el número de veces por semana que sale
a hacer compras”, detalló Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
Un estudio reciente de tendencias del consumidor, realizado por la
firma este año, indicó que en promedio los consumidores salen dos veces
por semana y visitan hasta cuatro comercios para poder adquirir los
productos de la cesta básica.
“Ante los estímulos que producen el desabastecimiento grave, la
escasez y la pérdida futura de poder adquisitivo los consumidores captan
rápido el deterioro y empiezan el recorrido y la pericia por la compra
de los productos. Es un comportamiento racional ante la crisis”, explicó
León.
La encuesta también muestra que los consumidores deben invertir entre
dos y cinco horas en cola para poder llevar los productos a sus
hogares. León aseguró que pese a las dificultades para hacer el mercado,
los usuarios se han esforzado por optimizar el tiempo que pasan
esperando en los comercios. “Ahora conocen más los sitios donde pueden
comprar, los visitan más veces, revisan precios y buscan hacer colas en
lugares donde saben que hay más productos. Eso indica porque hay más
gente en Mercal y Pdval, que en los privados”, agregó.
La encuesta señala además que este año los consumidores han tenido
que usar 48% de su presupuesto para adquirir alimentos. “Ya era alto el
porcentaje que se tenía que destinar por ese concepto, pero este año
subió 3 puntos”, dijo León. Añadió que si a ese gasto se suma el monto
que los consumidores invierten en salud y cuidado personal, la cifra
representa 64,4% del presupuesto.
Controles en aumento. En un nuevo intento del Ejecutivo en su lucha
contra la “guerra económica” y los llamados bachaqueros, el ministro de
Alimentación, Carlos Osorio, aseguró que la semana pasada se comenzarían
a interconectar las máquinas captahuellas instaladas en las redes de
distribución del Estado para que el sistema indique si un consumidor
intenta comprar un mismo producto en diferentes comercios.
Los especialistas son incrédulos sobre la efectividad de los nuevos
mecanismos. “Los controles que se están estableciendo no pueden evitar
el problema de escasez. Para lo que sirven es para dificultarle la vida a
los ciudadanos, se les dice cuándo es que pueden comprar y qué es lo
que pueden comprar”, expresó Levy.
Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y
Consumidores, coincidió con Levy. Afirmó que las captahuellas servirán
para administrar las colas, pero no para aumentar la oferta de productos
en los anaqueles. “Que el gobierno gaste tiempo, esfuerzo y dinero en
instalar estas plataformas lo que nos señala es que se está yendo en la
dirección incorrecta, no se busca solucionar el problema de fondo. Lo
que hay que mejorar es el abastecimiento”.
Los especialistas reconocen que los “bachaqueros” contribuyen con que
sea más difícil conseguir los productos básicos. Sin embargo, añaden
que son solo una parte del problema. “A los venezolanos se nos ha
relajado cada vez más el derecho de elegir, los controles que han
impuesto no han mejorado la situación y nada nos garantiza que los
nuevos vayan a ser distintos”, refirió León Parilli.
Diario de controles. En la lucha contra la “guerra económica” el
gobierno ha implementado varios mecanismos que no han logrado acabar con
las colas ni mejorar el abastecimiento. En abril de 2014 el Ejecutivo
inició el registro biométrico del Sistema de Abastecimiento Seguro, el
cual permitiría que a los usuarios de los comercios del Estado se les
entregara una tarjeta de alimentación para poder hacer las compras. El
viernes 8 de mayo, después de un año, fue cuando el ministro de
Alimentación, Carlos Osorio, volvió a mencionar las tarjetas de
alimentación. Se desconoce con exactitud cuántas personas se han
inscrito en el registro y cuándo se entregarán los plásticos.
Lo que si comenzó a aplicarse este año es la venta de artículos
regulados de acuerdo con el terminal de la cédula de identidad de los
consumidores. La medida empezó en las sedes de Pdval la segunda semana
de enero, luego se extendió a la red de abastos Bicentenario y
posteriormente a las cadenas de supermercado y farmacias privadas.
El superintendente de precios justos, Andrés Eloy Méndez, declaró que
la medida iba a ser acompañada con la instalación de máquinas
captahuellas, pero estos dispositivos solo se están usando en
supermercados públicos y en una cadena privada. Aunque el presidente
Nicolás Maduro informó que se instalarían en marzo en todos los
comercios públicos y privados, el mes pasó y la orden no se ejecutó.
Farmatodo es la única cadena de farmacias que tiene captahuellas, la
semana pasada instaló los dispositivos en seis de sus sucursales.
Representantes de la cadena
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