¿Quieres tener un vientre plano en Navidad? Aquí te damos 6 pasos para lograrlo

Navidad es la temporada más esperada del año, pero también la más pesada. Muchas son las mujeres que se preocupan en los alimentos que consumirán durante el mes de diciembre para tratar de no engordar y no perder ese vientre plano. 


Lo más importante es recordar que Navidad sólo pasa una vez al año y por ende hay que disfrutarla.

Aquí te decimos los pasos más fáciles que ha reseñado El Confidencial para tener un vientre plano :
Levantar pesas. Un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania puso de manifiesto que aquellas mujeres que habían levantado pesas durante una hora, dos veces por semana, habían perdido un 15% más de grasa abdominal que aquellas que no lo habían hecho, lo que significaba un 4% de su peso total.

Relájate. Cuando estamos estresados, los niveles de cortisol, una hormona esteroidea, se disparan. Y con ellos, el volumen de nuestra tripa, ya que provoca que se acumule grasa en la región abdominal. Un estudio de la Universidad de Yale señaló recientemente que podía aparecer una pequeña tripa originada por el estrés, incluso entre las chicas más delgadas.

Duerme bien. Un consejo que nos ayudará para muchas cosas (bienestar, felicidad, problemas cardiacos), pero que también influye a la hora de mantener un vientre plano.

Mastica. Fácil y sencillo, en muchas ocasiones nuestro peor enemigo es la forma que tenemos de ingerir los alimentos. Por dos razones: porque una comida bien masticada ayuda a hacer bien la digestión, ya que acumularemos menos aire en nuestro estómago. Y porque nos conduce a comer menos. Un estudio de la Universidad de California puso de manifiesto que las personas que habían dado entre 20 y 30 vueltas a la comida en la boca terminaron ingiriendo un 70% de calorías menos que las que masticaban a su ritmo normal.

Ríete. Cada vez que nos reímos, la pared abdominal se contrae y se relaja tal y como ocurriría si estuviésemos haciendo ejercicio, de manera que sin quererlo y sin sospecharlo, estamos ejercitando la zona del estómago. Esa es una de las razones por las que, por ejemplo, a veces nos duele la tripa de reírnos o llegamos a tener agujetas en la zona tras una tarde divertida.

Ejercita todo tu cuerpo. En el caso del abdomen, realizar ejercicios sobre esta zona sin preocuparse también por las regiones que la rodean suelen provocar que aquella persona que ha adoptado esta costumbre de ejercicio termine caminando encorvada.
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