La campaña "Ropa Limpia", coordinada en Galicia por Amarante Setem, presenta hoy la investigación "A moda española en Tánger: trabajo y supervivencia de las obreras de la confección". Inditex, el grupo con base en Arteixo, es una de las empresas más evaluadas en el documento, que detalla las "condiciones de vida y trabajo precarias" de las trabajadoras. En algunos casos, los talleres emplean menores que esconden en bolsas cuando llegan los inspectores. El informe descubre "las duras condiciones de las obreras de confección marroquíes: exceso de horas de trabajo, bajos salarios, abusos verbales y físicos, arbitrariedad en la contratación y el despido, medidas disciplinarias desproporcionadas y obstáculos a la acción sindical".
Inditex
En Marruecos, hay una fuerte presencia de talleres proveedores de Inditex; en concreto de las marcas Zara, Bershka, Pull&Bear, Stradivarius, Oysho e Massimo Dutti. La mayoría de las obreras entrevistadas que trabajan confeccionando la ropa de estas marcas manifiestan que "no se respeta el límite de horas, llegando hasta 65 horas semanales". Aunque en general el salario llega al Salario Mínimo Interprofesional Garantizado (SMIG) de Marruecos, apenas 178,72 euros mensuales, siguen viviendo en situación de pobreza. En el conjunto del sector, las horas extras son obligatorias y no se suelen remunerar. Prolongan la jornada incluso las 12 horas diarias, seis días a la semana por salarios que no superan los 200 euros mensuales, y que, en ocasiones, están por debajo de los 100 euros al mes.
Otras marcas
Muchos de los talleres proveedores de Inditex trabajan también para Mango. Amarante denuncia que las obreras de las fábricas proveedoras de Mango también revelan que en sus centros de trabajo no se respeta el límite de horas, realizando hasta 65 horas semanales. También se recogieron testimonios de trabajadoras de talleres proveedores de Mayoral, El Corte Inglés y Dolce&Gabanna con condiciones laborales parecidas. La deslocalización de la confección en países cómo Marruecos permitió ampliar los beneficios de las grandes marcas textiles. En Galicia, donde fueron claves en el despegue de marcas como Zara, apenas quedan talleres de confección.
Según el autor del informe, Albert Sales, estas empresas tienen en su mano la capacidad, tanto de generar situaciones de explotación laboral, como de evitarlas. Muchas asumieron códigos de conducta y compromisos, pero a pesar de estas "medidas de Responsabilidad Social Empresarial", muchas trabajadoras siguen viviendo situaciones de pobreza al tiempo que cumplen con una jornada laboral extremadamente larga.
Trucos para librarse del control de las empresas compradoras
Los códigos de conducta laborales adoptados por las empresas de moda, recogen la obligatoriedad de pasar auditorias en los talleres. Pero las metodologías de las auditorías son muy diversas y en muchas ocasiones no se llegan a identificar los problemas laborales reales. La ONG explica que esto pasa porque cuando hay auditoría, las fábricas realizan cambios temporales como dar de alta las trabajadoras en la seguridad social, incrementar la salubridad en el espacio de trabajo, cumplir los horarios laborales, despedir a las trabajadoras sin contrato y ocultar a las trabajadoras menores.
Una trabajadora de una fábrica proveedora de una gran empresa textil aseguraba que "cuándo aparecen auditores como por ensalmo, los supervisores esconden a las trabajadoras menores en la azotea o en cajas de ropa vacías". Esta investigación se realizó con 118 obreras, con la colaboración de la Asociación Attawassol.
Inditex
En Marruecos, hay una fuerte presencia de talleres proveedores de Inditex; en concreto de las marcas Zara, Bershka, Pull&Bear, Stradivarius, Oysho e Massimo Dutti. La mayoría de las obreras entrevistadas que trabajan confeccionando la ropa de estas marcas manifiestan que "no se respeta el límite de horas, llegando hasta 65 horas semanales". Aunque en general el salario llega al Salario Mínimo Interprofesional Garantizado (SMIG) de Marruecos, apenas 178,72 euros mensuales, siguen viviendo en situación de pobreza. En el conjunto del sector, las horas extras son obligatorias y no se suelen remunerar. Prolongan la jornada incluso las 12 horas diarias, seis días a la semana por salarios que no superan los 200 euros mensuales, y que, en ocasiones, están por debajo de los 100 euros al mes.
Otras marcas
Muchos de los talleres proveedores de Inditex trabajan también para Mango. Amarante denuncia que las obreras de las fábricas proveedoras de Mango también revelan que en sus centros de trabajo no se respeta el límite de horas, realizando hasta 65 horas semanales. También se recogieron testimonios de trabajadoras de talleres proveedores de Mayoral, El Corte Inglés y Dolce&Gabanna con condiciones laborales parecidas. La deslocalización de la confección en países cómo Marruecos permitió ampliar los beneficios de las grandes marcas textiles. En Galicia, donde fueron claves en el despegue de marcas como Zara, apenas quedan talleres de confección.
Según el autor del informe, Albert Sales, estas empresas tienen en su mano la capacidad, tanto de generar situaciones de explotación laboral, como de evitarlas. Muchas asumieron códigos de conducta y compromisos, pero a pesar de estas "medidas de Responsabilidad Social Empresarial", muchas trabajadoras siguen viviendo situaciones de pobreza al tiempo que cumplen con una jornada laboral extremadamente larga.
Trucos para librarse del control de las empresas compradoras
Los códigos de conducta laborales adoptados por las empresas de moda, recogen la obligatoriedad de pasar auditorias en los talleres. Pero las metodologías de las auditorías son muy diversas y en muchas ocasiones no se llegan a identificar los problemas laborales reales. La ONG explica que esto pasa porque cuando hay auditoría, las fábricas realizan cambios temporales como dar de alta las trabajadoras en la seguridad social, incrementar la salubridad en el espacio de trabajo, cumplir los horarios laborales, despedir a las trabajadoras sin contrato y ocultar a las trabajadoras menores.
Una trabajadora de una fábrica proveedora de una gran empresa textil aseguraba que "cuándo aparecen auditores como por ensalmo, los supervisores esconden a las trabajadoras menores en la azotea o en cajas de ropa vacías". Esta investigación se realizó con 118 obreras, con la colaboración de la Asociación Attawassol.
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