SAN FRANCISCO, 6 octubre 2011 (AFP) – El director general de Apple, Tim Cook, al frente de la compañía desde la renuncia en agosto del co-fundador del grupo, Steve Jobs, fallecido el miércoles, señaló el martes al presentar el nuevo iPhone que pretendía prolongar la herencia de su mentor, pero sin por ello imitar su estilo.
En esa oportunidad dijo que Steve Jobs era “un visionario y un creador genial”, así como un “increíble ser humano”. Fiel a su reputación de trabajador serio, Cook se comprometió a “rendir homenaje a su recuerdo consagrándonos a la continuación de la obra que tanto amaba”.
Tim Cook, de 50 años, se entregó el martes a su primera performance de maestro de ceremonias para una presentación de un nuevo producto, en este caso el iPhone 4S.
Cook permaneció, sin embargo, en un relativo segundo plano y dejó que el director de marketing, Phil Schiller, explicara las funciones del nuevo teléfono.
Muchos observadores lamentaron que el acontecimiento careciera de brillo, o fuera aburrido incluso, en ausencia de las cualidades de un hombre de escena como Steve Jobs, pero el analista Frank Gillett, de Forrester Research, observó que “deja brillar a su equipo más que el precedente director general”.
“Dado su pasado, creo que nos mostró su estilo: es el tipo de persona que se ocupa de las grandes líneas y deja que el equipo entre en los detalles”, agregó Gillett.
Al asumir sus funciones, Cook prometió una cosa: “pueden estar seguros de que Apple no cambiará”.
“Steve construyó una empresa y una cultura que no se parecen a ninguna otra en el mundo y nosotros nos mantendremos en esa línea, está en nuestro ADN”, aseguró.
Tim Cook es un ingeniero industrial, hijo de un obrero de un astillero, que creció en Alabama (sur de Estados Unidos). Trabajó doce años en IBM antes de pasar por Compaq durante unos meses y luego integrarse a Apple en 1998, como responsable de operaciones mundiales.
Rick Devine, un cazador de talentos, estaba encargado entonces de presentarle los candidatos a Steve Jobs. La mayoría se quedó apenas unos minutos. Luego llegó Tim Cook. “El tipo llevaba barba y coleccionaba sillas de peluquero. Steve buscaba a alguien con el que sintonizara desde el punto de vista emotivo”, relató al diario Wall Street Journal.
Canoso y de silueta deportiva, Cook trabajó entre bastidores para deslocalizar fábricas, coordinar la distribución y reforzar los beneficios que Apple obtiene de la venta de sus iPods, iPhones, iPads y sus ordenadores iMacs, asegurándose de que los productos de la manzana no se pudrieran en los depósitos.
También cuenta a su favor con la negociación de los contratos con los proveedores para mantener costos competitivos. Cook, finamente, está considerado el arquitecto de la estrategia comercial de Apple y, en particular, del exitoso lanzamiento de los “Apple stores” en todo el mundo.
“Si Jobs era una estrella mediática, capaz de suscitar murmullos, Cook, por su parte, es el tipo calmo concentrado en las operaciones, que se asegura que la maquinaria funciona bien”, observó recientemente el analista Carmi Levy.
Steve Jobs, quien lo había convertido en su número dos con el título de director de explotación, también le confió las riendas de la empresa durante su largo retiro por enfermedad en 2009, y luego a principios de este año, antes de que lo reemplazara en el cargo de director general en agosto último.
0 comentarios:
Publicar un comentario