El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba fue entrevistado por el diario Clarín
de Argentina, al que le ofreció un análisis de la crítica situación en
Venezuela, no solo en el ámbito político sino también en el económico y
social.
A continuación reproducimos una parte de la entrevista:
—¿Quién se equivocó con el diálogo mediado por el
Vaticano? ¿La iglesia, que se confió creyendo que podía cambiar la
realidad, o ustedes que pensaron lo mismo?
—El gran equivocado es el régimen que cree que puede
sobrevivir a espaldas de lo que es la democracia occidental y el siglo
XXI. El régimen ha tenido varias señales claras de su obsolescencia y de
la inminencia de una transición, la primera y clarísima fue el triunfo
de la oposición en las legislativas de diciembre (2015) dato concreto de
cambio; una segunda oportunidad que tuvo el gobierno para ubicar los
pininos de una transición en paz lo tuvo con la alternativa del
referendo revocatorio, una solución pacífica y electoral a un drama
político que es el de tener un gobierno que no gobierna.
—¿El diálogo es el tercer fracaso?
—El diálogo era establecer un espacio para la interlocución política y
resolver. El gobierno no atendió ni al dictamen de la soberanía popular
al referendo ni a la interlocución política. Entonces el gran equívoco
es del gobierno porque las bayonetas sirven para cualquier cosa menos
para estar sentado sobre ellas.
—¿El régimen manipuló el diálogo para evitar el referendo al
menos hasta el 10 de enero, cuando vencía la posibilidad de elecciones?
—La verdad es que esa fecha se transforma en un arma precisamente
para el gobierno. A partir del 10 de enero la cabeza que queda más
insegura en Venezuela es la de Nicolás Maduro porque hasta el 10 de
enero para el conjunto del régimen la defensa de Maduro era la defensa
de todos pero desde ese momento es factible que salte Maduro y que el
régimen pretenda sobrevivir de un modo aún mas duro.
—¿Eso sería por la debilidad del presidente o porque el régimen se ha endurecido más?
—El régimen lo ha utilizado a Maduro hasta ahora como mascarón de
proa. Desde el 10 de enero su salida aun por revocatorio no genera la
obligación de realizar elecciones y el sucesor lo designan ellos. Ahí
Maduro se torna prescindible especialmente debido a la crisis económica
pavorosa que se está viviendo. Con esa salida el régimen intentaría
mantenerse. Y también por eso no lo han hecho antes.
—¿Es monolítico el régimen?
—No es una totalidad homogénea. Hay factores en el gobierno,
minoritarios, que quisieran una salida negociada, y obtener garantías en
medio de una transición controlada. Han hecho intentos y enviado
mensajes. Pero la facción dura, la facción acorralada por sus propias
cuentas pendientes, ha terminado imponiendo la ruptura de todo intento
de negociación política y eso nos lleva al gran peligro que hoy enfrenta
Venezuela. Existe la posibilidad de que el régimen aplique un
fujimorazo, de que el gobierno desconozca el poder legislativo para
pasar definitivamente a una dictadura clásica. Esto que sería impensable
a la luz de la lógica política convencional es sin embargo un peligro
cierto. Yo creo que esa es la advertencia que hay que anunciar en este
momento. De esto hablamos contigo en diciembre hace un año cuando se
votó en las legislativas pero parecía improbable, ahora en cambio se ha
reafirmado.
—Pero una salida de ese tipo sería insostenible y aislaría más al país.
—Ciertamente, es así. Puede durar dos días, dos semanas, dos meses,
pero el tiempo que dure tendrá un alto costo social. Hay que tener en
cuenta que el gobierno tiene en su adn el manejo del caos, lo ha hecho
en diversos momentos y han podido surfear las olas del caos y terminar
relativamente bien parados. No nos sorprende que haya quienes creen que
ahora otra vez el caos les puede convenir.
—¿El retiro del billete de cien bolívares tuvo ese propósito?
—Es evidente que los niveles de torpeza exhibidos no pueden ser
evaluados con ligereza. No se puede creer, simplemente, que la aparente
torpeza sea producto de la casualidad. Sacar de circulación 6.101
millones de billetes en plena temporada navideña para no sustituirlos
con nada, eso es una agresión más que una provocación política,
ciertamente … Hay que tener en cuenta que aquí la inflación está
desbocada y hay hambre en amplias capas de la población. Ese es el
contexto. Lo del fujimorazo puede sonar absurdo, pero absurdo fue
también lo que hicieron con el billete, y absurdo fue antes secuestrar
judicialmente el referendo revocatorio. Aquí la realidad está cargada de
absurdos, nada puede sorprender.
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