Lo bueno, lo malo y lo feo del concierto de Maluma





Ya sé lo que dirán: “este lo que hace es criticar”, pero no. Soy creyente de construir en base a la “evaluación de los daños” como dirían los bomberos.
 

Anoche Maluma ofreció su tan anunciado concierto en Maracaibo – asistimos y nos lo vacilamos, para que negarlo-. En promedio más de 3 mil espectadores se dieron cita en el Palacio de Eventos pese a la crisis que atraviesa el país – ya verán porque hago mención de esto-.

Estamos claros que el reguetonero colombiano no tiene un extenso repertorio como para cantar durante tres horas seguidas, sin embargo, todas sus canciones tenían coro –la gente se las sabia todas-



Lo bueno

Es innegable el talento del paisa sobre el escenario – sí, me tapo la boca-. Su capacidad de llenar el espacio con tan sólo cuatro bailarines y buenos efectos de luces exhibieron los dotes del cantante sobre la tarima a pesar que no era él quien marcaba los tiempos del concierto.

En cuanto a su despliegue de producción cumplió con lo prometido, tres pantallas gigantes fueron el trasfondo del intérprete de “Borro casette” con visuales muy acordes a la temática del “Pretty Boy, Dirty Boy”, aunque por los micrófonos se colaran términos como “Maluma Dancer” – que ridiculez-.

El despliegue de seguridad estuvo impecable. La buena atención y los servicios característicos del recinto se hicieron sentir –los puntos de ventas fallan en todos lados, así que dejen la cizaña-.



Lo malo

Tristemente “Lo malo” no fue lo que ocurrió en escena; no se puede llamar “éxito” un concierto que apenas llenó la mitad del espacio público más grande la ciudad dispuesto para estos eventos.

El palco general apenas amontonó tres hileras de fanáticas que deben estar disfónicas de todo lo que gritaron. El error estuvo en el costo de las entradas y eso se notó.

El retraso para dar inicio al espectáculo, las “Maluma Fans” ni hicieron cola para entrar y una taquilla donde se paseaban las bolas de paja son suficiente argumento.

El mismo cantante lo reconoció al decir: “Quiero agradecer a los que hicieron lo imposible por venir a este concierto. Eso lo valoro mucho sabiendo lo difícil que puede ser la situación para ustedes”.



Lo feo
 
¿En La Guaira no hay gimnasio?, fue lo primero que pensé cuando Sixto Rein se quitó la franela y liberó aquel mondonguero.

Más allá de lo pobre que pudo ser su presentación como telonero del concierto, el intérprete de “Ojitos” en su habitual momento hot demostró que no desampara una empanada –debería pedirle consejos a Sacha Fitness-.

Los kilos demás y la falta de condición física dejo mucho que desear, en especial sabiendo que se trata de un representante de Venezuela.

Andrés Boscán
Noticia al Día



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