Huelga en Venezuela mientras se estudia un pseudodiálogo

El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, aseguró este viernes que la huelga general no se trataba de un paro empresarial sino de un paro cívico y "de conciencia ciudadana para dejar claro al presidente Nicolás Maduro que el pueblo ya decidió derrocarlo"


La huelga general convocada para este viernes  por la oposición venezolana dividió una vez más a los ciudadanos del país caribeño y a los dirigentes de las dos fuerzas más importantes, éstos últimos con una cita para sentarse a dialogar que finalmente será en Caracas, según informaron a Efe fuentes solventes.

Cuarenta y ocho horas después de que la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamara a un paro cívico, la huelga tuvo un seguimiento "con más de 50 por ciento" de inactividad, según el antichavismo y fue un "rotundo fracaso" para el Gobierno.

La MUD había dicho que esta actividad sería un modo de protesta por la suspensión del proceso para un referendo revocatorio presidencial y tendría como objetivo mantener las calles vacías y al país desértico, algo que cumplieron a medias desde el inicio de la convocatoria a las 6.00 hora local (10.00 GMT).

Durante las 12 horas siguientes de convocatoria, en Caracas se registraron vehículos en movimiento, locales comerciales abiertos y personas en la calle, aunque en menor número que en un día habitual.

Efe pudo constatar que el paro en los comercios y oficinas se siguió en mayor medida en la zona este de la ciudad, mientras que en los barrios populares la participación fue menor.

También que la huelga fue más evidente en muchos centros educativos que estuvieron casi desiertos por la ausencia del alumnado, al igual que las universidades e institutos tecnológicos.

En la populosa zona de Petare, la favela más grande de Latinoamérica, la actividad prácticamente no se interrumpió, según dijeron a Efe habitantes del barrio.

Sin embargo, los opositores insistieron en que el paro fue seguido "por la mayoría" de los ciudadanos y compartieron fotografías en la red social Twitter donde mostraron lugares desolados y tiendas cerradas y aseguraron que se trataba de imágenes tomadas este viernes en una decena de entidades del interior y en la capital.

El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, aseguró este viernes que no se trataba de un paro empresarial sino de un paro cívico y "de conciencia ciudadana para dejar claro al presidente Nicolás Maduro que el pueblo ya decidió derrocarlo".

El Gobierno, en cambio, dijo haber comprobado 2.160 establecimientos comerciales en todo el país durante la jornada y aseguró que todas las empresas y comercios estaban trabajando con normalidad.

El vicepresidente venezolano, Aristóbulo Istúriz, consideró que el paro opositor fue un "rotundo fracaso" y calificó de "irresponsable" la llamada a huelga pues, afirmó, el país "lo que necesita es trabajo".

"Se puede ver la industria petrolera desarrollando su trabajo, la banca, la banca pública y las finanzas, el comercio, las empresas básicas, la pequeña y la mediana industria, el transporte, la educación, la salud", aseveró.

Maduro, por su parte, encabezó una multitudinaria concentración oficialista cerca del Palacio presidencial de Miraflores y, desde allí, reiteró su denuncia sobre un supuesto plan golpista por parte de la oposición y del Parlamento, controlado por el antichavismo.

En este sentido, el jefe de Estado anunció que la Procuraduría General del país presentará una demanda contra la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) por "violar la Constitución".

"Si ellos hacen un supuesto juicio político que no está en nuestra Carta Magna, la Procuraduría General de la República (...) debe meter una demanda, y llevar a la cárcel a todo el que viole la Constitución", sostuvo el mandatario.

Maduro respondió así a las discusiones que adelanta la Cámara para determinar su responsabilidad política en la "ruptura del hilo constitucional", un argumento que podría llevar a la mayoría opositora del Parlamento a decretar su abandono del cargo.

Otro de los temas que abordará el Legislativo, que citó a Maduro para el próximo 1 de noviembre, es su supuesta doble nacionalidad, una hipótesis que hoy echó por tierra el Supremo al confirmar que el presidente es venezolano por nacimiento y no posee otra nacionalidad distinta a esta.

Entretanto, después de varias especulaciones sobre su posible cancelación durante toda la jornada, fuentes de toda solvencia indicaron a Efe que el diálogo entre el gobierno y la oposición tendrá finalmente lugar, pero no en Margarita, como había anunciado el Vaticano, sino en Caracas.

Ambas delegaciones no han decido hasta el momento qué "espacio neutral" de la capital acogerá las conversaciones, que contarán con la presencia del enviado del papa, Emil Paul Tscherrig.

Además, también estarán los acompañantes internacionales designados por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur): el ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y los expresidentes de Panamá Martín Torrijos y de República Dominicana Leonel Fernández.
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