Cada camión de Polar genera empleo
para 3 o 4 personas, pero sin producción no pueden trabajar. Luis
Márquez, de 41 años de edad, es el sustento de su familia de 4 miembros:
2 niños, uno de 8 y otro de 10 años, y su esposa. Ha sido franquiciado
de Empresas Polar durante 15 años y no conoce otro trabajo desde que se
graduó de abogado. “Esto es un trabajo de generaciones, mi papá, mi tío y
yo”, dijo.
Márquez
representa a los 1.500 franquiciados cuyos camiones generan alrededor
de 4.500 empleos directos. “Hacemos un llamado al gobierno para que
asigne las divisas a los proveedores. Nuestra preocupación es que haya
materia prima de manera igualitaria porque representamos 86% del mercado
venezolano”, declaró.
En
su protesta no hace falta la gente que demuestre apoyo. Un señor que
caminaba cerca se le acercó y le dijo que esa es la única empresa que
trabaja y que él está con ellos en lo que necesiten. Más tarde una
señora detuvo su carro y le afirmó: “Polar es la mejor empresa del
mundo. Hay que decirle a Lorenzo que no fabrique para ver qué es lo que
van a hacer”.
Por
ahora Márquez vive de sus ahorros, al igual que sus compañeros que se
encuentran en la misma situación. “Tenemos fe. Siento tristeza e
indignación. Uno trabaja, trabaja y trabaja para que se lo quiten”,
agregó.
La
empresa genera 10.000 empleos directos y 300.000 indirectos, expresó.
“Queremos salir a trabajar pero no podemos, de esto dependen nuestras
familias. Cada quien tendrá la distancia de su bolsillo, pero sin
trabajo no es eterno y con esta inflación menos”, añadió.
Junto
con la empresa decidió parar un camión en la segunda transversal de La
Castellana. Desde allí explicó que enviaron una carta al Cencoex en la
que solicitan la activación de Dicom, con el fin de que les otorguen las
divisas para la adquisición de materia prima y así reanudar la
producción de las plantas cerradas temporalmente.
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