En agosto de 2014, Douglas León Natera, presidente de la Federación
Médica Venezolana (FMV) planteó la situación de inestabilidad de los
centros de salud por falta de insumos: 97% de las instituciones públicas
solo poseen entre 2% y 4% de materiales para ofrecer una atención
digna. El Impulso
Sin embargo, en un país donde este gremio solicitó la declaración de
emergencia hospitalaria, el Estado, a través del ministro de Salud,
Henry Ventura, anunció una serie de disposiciones que vendrían a atenuar
la situación de crisis denunciada.
Entre las medidas destaca la creación del Sistema Integral de Acceso a Medicamentos (Siamed).
Pero, por otra parte, y sin razones aparentes, anunció la eliminación
de la publicación vía web del Boletín Epidemiológico, a través del cual
instituciones y médicos solían documentarse sobre eventos continuos en
materia de salud, con el propósito de conocer indicadores de “procesos,
productos y medición” respecto a la incidencia y comportamiento de 72
enfermedades de notificación obligatoria en el país.
Su objetivo es mostrar mediante estadísticas, por ejemplo, la
cantidad de pacientes que fueron atendidos por presentar alguna
enfermedad determinada, así como la actividad de las distintas entidades
clínicas en general, con el fin de implementar a tiempo y de manera
razonada las acciones necesarias para abordar y corregir los distintos
factores que pudieran vulnerar las medidas tradicionales de control.
En su defecto, Ventura dará una
rueda de prensa los viernes para dar a conocer los resultados obtenidos
en cada Semana Epidemiológica.
“No va a salir más nunca, lo vamos a comunicar en una reunión con
todos los medios de comunicación para que conozcan la información”,
sentenció el 15 de mayo de 2015, en la instalación del Consejo de
Gobierno del Poder Popular de la Salud para el Buen Vivir.
Con el anuncio de Ventura, se rompe con una normativa y tradición que
desde 1938, fecha de creación del Boletín Epidemiológico durante la
campaña de erradicación de la viruela en Venezuela, se venía ejecutando
cada semana.
Desde la publicación del último informe N° 44, que comprendió la
semana del 26 de octubre al 1 de noviembre de 2014, han pasado 198 días
sin que se conozcan los números en la ocurrencia o repuntes de las
distintas enfermedades en la nación, más allá de las declaraciones
extraoficiales de voceros regionales, quienes aparentemente tienen
prohibido emitir algún dato sin ser autorizados.
Sobre cuál sería la posible realidad en el país, considerando que no
habrá Boletín Epidemiológico digital y su trascendencia para realizar
proyecciones sobre enfermedades, EL IMPULSO conversó con el jefe del
Servicio de Medicina Tropical y Enfermedades Endémicas del Hospital
Internacional de Barquisimeto (HIB), doctor Alberto Paniz Mondolfi,
quien planteó:
“Yo hablaría de un seguro escenario. Un seguro escenario de caos
sanitario. Este no es solo el peor atentado que se ha hecho contra la
salud pública venezolana, sino contra el trabajo y la memoria de grandes
sanitaristas que a pulso, con gran tino y trabajo duro moldearon la
estructura sanitaria nacional. Venezuela fue uno de los primeros países
en declarar cifras de erradicación de la malaria con la campaña del
doctor Arnoldo Gabaldón.
De haber sido cuna de logros, se pasó a tener que confrontar el
actual desastre que estamos viviendo, la situación deja mucho qué
desear. Hay institutos dentro del Gobierno, dispensadores de servicios
de salud que están a la altura del compromiso que exige la realidad
sanitaria hoy. Estoy seguro que quienes los dirigen, porque los conozco y
trabajo junto a ellos, jamás aceptarían esta medida arbitraria”.
La razón de ver el reporte
En el Boletín Epidemiológico se manifiestan, entre otras, las
enfermedades transmitidas por vectores (mosquitos y otros insectos):
está el paludismo, dengue y chikunguña, que apenas se estableció en
Venezuela en 2014 fue incorporada de carácter obligatorio.
Aunque no son las únicas reportables, también están las diarreas,
infecciones respiratorias, intoxicaciones por plaguicidas, así como
reacciones adversas a vacunas y medicamentos, entre muchas otras.
¿Por qué se reporta?, se pregunta y responde Paniz
Mondolfi: porque es la única manera de poder monitorear de manera
objetiva el comportamiento histórico de estas enfermedades, muchas de
ellas endémicas, otras, con patrones epidémicos que requieren monitoreo
permanente.
Igualmente, es el único medio que tenemos de conocer si las políticas
sanitarias que están siendo aplicadas son efectivas en el control de
dichos males.
“Tener un récord de tan larga data, permite predecir potenciales
brotes epidémicos así como el comportamiento estacional de muchas de
estas enfermedades”, dijo.
Recordó el especialista la existencia de softwares especializados,
que basados en el historial de enfermedades registradas en el boletín,
permiten simular las variables (humedad, pluviosidad, así como otras
ambientales y demográficas), y en función de estas proyectar el
comportamiento de alguna patología.
“De hecho, la información recabada a partir de bases de datos
mundiales parecidos al Boletín Epidemiológico y laboratorios de
referencia regionales son los que permiten predecir qué cepa de virus de
influenza tiene mayor posibilidad de aquejar a la población el año
siguiente y eso permite a la comunidad médica manufacturar la vacuna más
apropiada desde el punto de vista previsivo”.
Igualmente, “el Gobierno tiene la responsabilidad de informar
públicamente acerca de potenciales enfermedades epidémicas, ya que
siempre es latente la posibilidad de que estas traspasen nuestras
fronteras y se extiendan a otros países de la región. Por eso es que la
información no debe ser exclusiva de ellos.
Callar los números es una irresponsabilidad no solo para con nosotros, sino para con nuestros vecinos”, sentenció.
Del derecho al hecho
Si bien los únicos acreditados, al parecer, para dar información
sobre la salud pública nacional son los altos representantes del
Gobierno, en el ámbito regional y municipal muy poco se conoce de forma
oficial sobre reportes epidemiológicos, aun cuando la Constitución
Nacional establece en su artículo 57 que “se prohíbe la censura a los
funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los
asuntos bajo sus responsabilidades”.
Ante el poco acceso a cifras precisas del Boletín Epidemiológico,
Paniz Mondolfi señaló que el “derecho a la información sobre salud no
puede ser cercenado”.
De allí que la epidemiología moderna cuenta con numerosas
herramientas para mostrar datos no suministrados. “Nosotros tenemos un
récord histórico del boletín.
Sabemos en condiciones de normalidad, cómo es el comportamiento de
las enfermedades y cuáles son las posibles variantes ambientales que
suelen modificar los patrones de presentación de muchas de ellas”.
A su juicio, es obligación de todo centro asistencial público o
privado, vaciar la información de casos que se den semanalmente a su
distrito sanitario. “Así funciona. No habría Boletín Epidemiológico sin
el concurso de todos, porque es un deber por ley y vocación.
Es uno de los contextos donde no puede haber un divorcio entre el
Estado y ningún sector de la sociedad, porque es un bien para todos.
Entonces, qué podemos hacer: a nivel institucional o regional, crear
redes o nodos para recabar datos de manera particular.
Obviamente, no serán tan robustas, en comparación cuando los
distritos sanitarios vacían esas cifras semanal y mensual para tener el
Boletín Epidemiológico”, indicó.
De acuerdo a estadísticas pasadas de más de 60 años en el
conocimiento del comportamiento de las enfermedades, “vamos recabando
los datos de cada centro asistencial, regiones o grupos, con el fin de
generar un récord de cuántos casos se registran.
Así lo hemos hecho, con el concurso de organizaciones pioneras y de
probada calidad e integridad académica como la Red de Sociedades
Científicas Médicas Venezolanas”.
Otros caminos, también oficiales
Paniz Mondolfi trajo a colación una investigación relacionada con el
chikunguña, cuyos datos no estaban en el órgano divulgativo oficial.
Pero, se encontró en el portal electrónico de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), “porque ellos pueden no decirnos a
nosotros cuál es nuestra realidad, pero es una obligación reportar a
este organismo.
Entonces, ¿cuáles estrategias utilizamos nosotros el año pasado para calcular la verdadera situación del chikunguña? Hicimos
estudios de proyección y tendencias a través de esas estadísticas,
encontradas en el sitio web de la misma OPS, concluyendo que para ese
momento Venezuela se consolidaba como el país con mayor número de casos
de chikunguña reportados en la región andina”, expresó Paniz Mondolfi.
En caso de que el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS)
no notifique a la OPS, “no hay sanciones, sino llamados de atenciones,
exhortos, manifestación de preocupación. Hay que tomar en cuenta que en
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y OPS, los países son
contribuyentes y el deber de reportar es un poco voluntario, por el bien
de todos”.
Afirmó Paniz Mondolfi, que “en este contexto el ministro Ventura debe
reconocer que los agentes infecciosos no conocen de imperios ni de
revoluciones, de hecho, han diezmado poderosos ejércitos y grandes
naciones sin previo aviso y a su antojo.
Pretender censurar el único medio e instrumento que nos permite
aproximarnos a conocer y predecir el posible comportamiento de las
enfermedades, es una acción irresponsable que a la larga será evidente e
inocultable, como ya lo estamos comenzando a presenciar”.
-En su opinión, ¿por qué no se quiere publicar el Boletín Epidemiológico?
-La intención está clara. Así como no entregan las estadísticas del
Banco Central de Venezuela para no enterarnos de nuestros mermados
indicadores económicos, me queda claro que ellos están buscando ocultar
los resultados de una pésima y continuada administración sanitaria.
Así creo que piensa cualquier médico venezolano, porque cuando se
sale al ambulatorio a hacer el ejercicio rural, uno se toma muy en serio
su actividad de hacer reportes semanales, de estar seguros de que
lleguen a tiempo al distrito sanitario para que se consolide la
información y enviarla al Ministerio.
Cualquiera que se haya graduado de médico en este país, sabe la
importancia de llevar esa data. Cuesta creer que un médico graduado en
Venezuela, como el ministro Ventura, no tenga este sentimiento de
arraigo y compromiso, y muy a la ligera decida borrar de un plumazo el
Boletín Epidemiológico.
-¿El gremio debe pronunciarse para que revoquen esta medida?
-Hay que pronunciarse a nivel nacional. Hacerle un exhorto al
ministro de Salud. Si el doctor Ventura es un médico egresado de una
universidad venezolana, y por ende tuvo que hacer su rural, con el mismo
compromiso y vocación con que lo asumimos todos quienes le debemos a
nuestro país la educación médica gratuita, tuvo que ser una persona
comprometida, y haber pasado esos momentos de tener que vaciar la
casuística para llevarla al distrito sanitario. Si él no recuerda eso,
estamos mal.
Tiene que haber un pronunciamiento del gremio médico nacional, de los
colegios de médicos, organizaciones científicas y no gubernamentales
ligadas al sector salud.
Paniz Mondolfi expresó que los médicos están dispuestos a colaborar
con el MPPS, pues “la salud es un derecho y responsabilidad de todos,
donde no existen tintes políticos. Cualquier llamada de ayuda o
asesoría, por parte del Ministerio, siempre será atendido con la mayor
vocación de servicio por parte de cualquier médico que se esté
enfrentando a la realidad venezolana actual. Eso sí, respetando la
rigurosidad científica, sin cesuras ni desinformación”.
“Ministerio de Salud busca ocultar información”
La finalidad de no publicar el Boletín Epidemiológico, se relaciona
con el “ocultamiento de información. El Ministerio y el Gobierno creen
que (con el planteamiento) van a generar salud, pero no es cierto,
porque los estándares epidemiológicos, están bastantes disminuidos. Con
esto no van a mejorar los indicadores”, reflexionó el doctor Juan Ramón
Correa Sifontes, vicepresidente de la FMV, en entrevista a EL IMPULSO.
En el gremio médico hay preocupación por la medida del ministro Ventura.
“La información que pueda dar el ministro (Ventura) a través de una
rueda de prensa, queda en el vacío, porque desaparece el soporte físico
de determinada patología”, dijo.
A juicio de Correa Sifontes, los profesionales de la medicina “van a
estar de manos atadas, solo dependiendo de la información del ministro.
Ahora, ¿será confiable? No lo sabemos tampoco, porque tiene que ser
validada y soportada con todos los elementos epidemiológicos”.
Expresó que el Ministerio del Poder Popular para la Salud, pudiera
“manipular la data que se registre en cada población. No le discutimos
el protagonismo; solo que (la rueda de prensa), no va tener el peso de
un Boletín Epidemiológico. Eso no lo va a tener el ministro”.
Correa
Sifontes exhortó al ministro Ventura, a publicar nuevamente el Boletín
Epidemiológico, y a admitir el error.
De la inteligencia a la oscuridad
Relativo al tema, el médico sanitarista, Armando Sánchez, explicó que
la epidemiología es el conocimiento de las variables lugar, tiempo y
personas, donde ocurren los fenómenos de enfermedades, muerte y
discapacidad que “deben plantearse estadísticamente del nivel técnico al
político financiero, a los fines de promocionar, restituir y
rehabilitar la salud para el bienestar de los pueblos”.
Se trata de una geodemografía, cuyas estadísticas se documentan de
forma semanal, mensual y anual, a los efectos de que los responsables de
la salud pública actúen oportunamente.
Según Sánchez, con lo que plantea la administración de salud pública,
se pasó “de la inteligencia a la oscuridad para decir que todas las
cosas están bien o controladas.
De allí que la información no puede ser restrictiva, porque tiene una
amplitud de lo local a lo universal, pues hay enfermedades como las
infectocontagiosas con elementos de propagación del individuo sobre la
comunidad”.
Recordó que el doctor Fayad Camel indicaba que las estadísticas dicen
medias verdades y medias mentiras. “Y los Gobiernos las utilizan a su
conveniencia.
En la doctrina de la salud pública, la epidemiología es una piedra
fundamental, en otras palabras, se debe contar con la información. Por
ejemplo, si se tiene un foco de malaria en Bolívar, y el año pasado hubo
más de 70 mil casos (algo no sucedido en nuestro país desde 1915), eso
me indica que debo actuar con todos los recursos del Estado, porque
hasta ese momento se está fallando en un determinado municipio”.
Uno de los principales errores administrativos del Gobierno, es la
“retención intempestiva de gente que no tiene competencia para el cargo o
entrenamiento básico para el ejercicio del poder. Hay una
desestabilización interna en los niveles de inteligencia y de mando del
Estado. No tiene gente capaz”, planteó.
Alberto Paniz Mondolfi: Médico cirujano de la UCV. Especialista en Medicina Interna del Hospital José Gregorio Hernández de Caracas, y Anatomía Patológica y Clínica de la Universidad de Columbia en Nueva York. Colaborador de la Fundación Jacinto Convit. Subespecialización en Dermatopatología en la Universidad de Tufts en Boston y Patología Genética Molecular en la Universidad de Baylor en Houston. Maestría en Parasitología en la Universidad de Valencia en España. Cursos avanzados en inmunología, vacunología y biotecnología empleadas a enfermedades infecciosas en el Centro de Entrenamiento en Enfermedades Infecciosas de la Organización Mundial de la Salud en Lausanne, Suiza; y en patología de enfermedades infecciosas en el Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas Norteamericanas AFIP, en Washington, DC. Fue Becario Winchester Fellow en Microbiología Clínica en la Universidad de Yale.
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