El presidente Hugo Chávez partió este lunes hacia Cuba para una
intervención quirúrgica ante una nueva embestida del cáncer y dejó al
país sumergido en una situación de incertidumbre que, a diferencia de
otras ocasiones, luce más urgente y dramática porque el popular
mandatario puede quedar inhabilitado para ejercer el cargo si su
enfermedad se complica.
La urgencia y dramatismo de su partida no sólo quedo retratada en la
designación de su vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor por
primera vez en año y medio de combate por la enfermedad, sino por las
lágrimas derramadas por el alto funcionario en un acto de campaña del
candidato a la gobernación del estado central de Miranda, Elías Jaua.
“Chávez tiene un pueblo, nos tiene a nosotros y nos tendrá por siempre
en esta batalla de victoria en victoria”, dijo Maduro entre lágrimas
ante un grupo de partidarios oficialistas, algunos de los cuales también
lloraban. “Con nuestra lealtad, hasta más allá de esta vida vamos a ser
leales a Hugo Chávez”.
Ahora, el fiel y discreto vicepresidente y canciller de Chávez quedó a
cargo del país, pero analistas consultados por The Associated Press
dudan que él tenga el suficiente liderazgo para contener las pugnas por
el poder que hay entre los grupos civiles y militares del chavismo, y
para levantar el ánimo y darle tranquilidad a los partidarios del
gobernante que se encuentran muy agobiados por su recaída.
También dudan que la situación política que deja la ausencia de
Chávez le permita a Maduro profundizar el modelo socialista por el
gigantesco déficit fiscal y posibles ajustes en materia cambiaria,
tributaria y de precios, que están en el aire tras la partida del
mandatario.
Al describir las cualidades que lo llevaron a delegar en Maduro el
mando político del país, el mandatario, de 58 años, lo describió el
sábado como “un revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran
experiencia a pesar de su juventud, de una gran dedicación al trabajo…
para la conducción de grupos, para manejar las situaciones más
difíciles”.
El analista político, Vladimir Villegas, dice que la decisión que
tomó Chávez de delegar en Maduro era previsible debido a que es “un
cuadro con proyección internacional, es un cuadro con formación política
e ideológica, con experiencia política, muy cercano al presidente”
desde el fallido golpe militar que él encabezó en febrero de 1992.
Villegas agregó que la formación que tuvo Maduro en su juventud como
dirigente sindical del metro de Caracas será fundamental en esta etapa
en la que tendrá que mostrar sus dotes de gran negociador.
Aunque Maduro, de 50 años, es identificado como de izquierda radical y
muy afín al modelo del gobierno cubano, Villegas señaló que cree que el
vicepresidente, a quien conoce desde la adolescencia, “sabrá dosificar
su radicalismo”.
“Maduro debe entender que para el manejo del poder las circunstancias
son fundamentales, y esta circunstancia va a obligar a andar con
cuidado”, dijo Villegas “Él tiene que hacer mérito ahora para mantener
la confianza de la base del chavismo y para neutralizar a los sectores
que van a apostar, seguramente a lo interno, a que no le vaya bien”.
Luis Vicente León, directivo de la encuestadora local Datanálisis,
dijo que Maduro puede heredar el poder político, “pero definitivamente
no puede heredar el carisma” de Chávez, que ha sido fundamental para
mantener cohesionados a los diversos grupos que hay en el chavismo que
van desde los izquierdistas civiles más radicales, los moderados, hasta
las facciones militares, dijo el experto.
“Hay que ver como van a reaccionar los grupos que generan resistencia
a Nicolás Maduro dentro del chavismo, y esa es una información que sólo
vamos a saber cuando Chávez no esté”, dijo León a la AP. “Las
divisiones internas podrían hacer inestable a la revolución en el
futuro”.
Al anunciar la segunda recaída del cáncer en diez meses, Chávez dijo
que se sometería en los próximos días a una nueva operación, la cuarta
en año y medio, pero no indicó cuándo sería, ni cuánto tiempo se
extenderá su convalecencia y si podrá estar en el país para el 10 de
enero, cuando está prevista la toma de poder para un cuarto período
presidencial de seis años.
En medio de esa situación han surgido innumerables interpretaciones
legales sobre si Maduro puede iniciar el cuarto mandato de Chávez ante
una posible inhabilitación temporal, o si se debe llamar a elecciones en
30 días en el caso de una falta absoluta del gobernante electo, tal
como prevé la Constitución.
En su discurso al país del sábado dijo que si se presentara “alguna
circunstancia sobrevenida” que lo “inhabilite” para continuar al frente
de la presidencia en el final de su tercer mandato, que culmina en
enero, y “sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui
electo… Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir como manda
la Constitución el período, sino que mi opinión firme, plena como la
luna llena, irrevocable, absoluta, total es que en ese escenario, que
obligaría a convocar, como manda la Constitución, de nuevo a elecciones
presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”.
Henrique Capriles interpretó el discurso de Chávez como un llamado a
que Maduro gobierne el cuarto período que ganó Chávez en octubre y dijo
el domingo que “en la Constitución no se plantea la figura de la
sucesión porque quien decide es el pueblo. Aquí en Venezuela cuando una
persona se separa de su cargo la última palabra la tiene el pueblo
porque estamos en Venezuela y no en Cuba. Aquí no se puede hablar de
sucesores”.
La recaída de salud de Chávez se da a escasos días de las elecciones
regionales en las que el oficialismo está apostando a aplastar a la
oposición, aún golpeada por la derrota en los comicios presidenciales
del 7 octubre, para arrebatarle algunas de las ocho gobernaciones que
controla, y derrotar a Capriles, que está optando a la relección en
Miranda.
El encuestador León cree que si Capriles pierde la gobernación de
Miranda, ello representaría un duro golpe para la oposición que perdería
al segundo mayor estado del país.
El analista sostuvo que una seguidilla de derrotas puede llevar a la
oposición a “replantear” el liderazgo de Capriles, de 40 años, lo que
podría complicar el panorama de los opositores ante una posible
convocatoria de nuevas elecciones presidenciales al no tener un
candidato fuerte y listo al momento de la convocatoria electoral.
Jaua anunció en la víspera que el oficialismo apuesta a ganar las 23
gobernaciones del país para lograr el avance de la “revolución” y del
modelo socialista.
El analista Villegas dijo que en el caso de que Chávez no pueda
seguir adelante en la presidencia duda de que Maduro pueda seguir con la
profundización del modelo socialista.
“Lo prioritario será la conservación de la estabilidad política para
lo cual será necesario entrar en negociación con factores internos y
sectores incluso de la oposición”, dijo Villegas.
El profesor de economía de la Universidad Católica Andrés Bello,
Ronald Balza, duda de que un gobierno de Maduro pueda plantearse una
profundización de su modelo socialista en medio de la situación de
incertidumbre generada por la recaída de salud de Chávez y la existencia
de graves problemas económicos como un gran déficit fiscal, que
analistas y bancas de inversión estiman alrededor de 15% del producto
interno bruto.
“El socialismo por su poder destructivo es extremadamente costoso”,
dijo Balza a la AP explicar que ante los problemas fiscales que tiene el
gobierno es muy posible que se concentre en atender los gastos
prioritarios.
“Ante la enfermedad de Chávez y el riesgo de una elección a futuro se
hace muy poco probable que veamos una devaluación y un programa de
ajuste en el corto plazo porque no es políticamente viable”, dijo León
al reconocer que aunque es importante el problema cambiario, que se ha
generado por las reducciones en las entregas de divisas oficiales, no
cree que se adopten medidas radicales en esa materia.
El analista indicó que cree que el gobierno ampliará la entrega de
dólares para aliviar las presiones en el mercado cambiario y evitar que
se pueda complicar en los próximos meses la escasez de alimentos y
bienes importados que se ha vuelto recurrente en los últimos cuatro años
debido a los controles de precios y de cambio que están vigentes desde
2003.
Desde noviembre pasado en el mercado cambiario se han registrado
fuertes presiones luego que el gobierno redujo progresivamente la
entrega de dólares oficiales. Esa situación originó crecientes rumores
sobre una posible devaluación y presiones en el llamado mercado negro
que llevaron la cotización de la divisa estadounidense a más de triple
del tipo de cambio oficial de 4,30 bolívares por dólar.
La mayoría de los analistas y bancas de inversión coinciden en que
ante la situación de incertidumbre que impera en el país el gobierno
optará en esta etapa por nuevos endeudamientos locales y externos para
tratar de palear el déficit fiscal y posponer las medidas de ajuste. AP
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