En un país en el que la inseguridad es un tema que se vive a diario se debe andar con algo más que pies de plomo ya que la delincuencia no distingue género, edad, raza, color político y mucho menos nivel socio económico.
Ciertamente la inseguridad como problema social es algo que afecta a todos los venezolanos por igual, por lo que los famosos no son la excepción. Muchas personalidades del mundo del espectáculo han sido víctimas de delitos que van desde atracos y secuestros hasta homicidios.
El caso más reciente fue el del cantautor de reggae dancehall OneChot quien fue víctima, como muchos otros venezolanos, de la inseguridad que se vive en Caracas.
OneChot transitaba en su vehículo por la urbanización Bello Monte cuando fue interceptado por un grupo de delincuentes que intentaron robarlo. Los antisociales le dispararon y el artista recibió un impacto de bala en la frente, haciendo que perdiera el control del vehículo e impactando contra el muro de un edificio. Actualmente el cantante se recupera de la operación y se conoce que su condición es estable, que está muy tranquilo y evolucionado bien.
Es recordado el caso del asesinato del conocido actor Yanis Chimaras en abril del 2007. Chimaras fue asesinado en la ciudad de Guatire cuando intentó mediar con unos delincuentes que estaban asaltando la casa de una amiga de su hija. En el curso del atraco uno de los delincuentes le propinó al actor 4 puñaladas que le quitaron la vida.
Así como el caso de Chimaras también se conoció del homicidio del padre del jugador de beisbol Alexi Amarista. Alexi José Amarista Pereira, se encontraba reunido con unos amigos celebrando la victoria de su hijo en el sector 7 de Boyacá V en Barcelona cuando fueron sorprendidos por un grupo de delincuentes. El hecho fue perpetrado por 4 adolescentes quienes después de robarlos hirieron mortalmente con una escopeta a Amarista. La víctima fue llevada a un ambulatorio del sector donde fue remitido al hospital Luis Razetti en el que falleció después de su ingreso.
Otra víctima del hampa desbordada fue Rafael Monzant, mánager de Norkys Batista, quien fue asesinado en julio del año pasado cuando llegaba a su residencia en la urbanización Las Mercedes. Monzant se acababa de bajar del vehículo, perteneciente a su amigo Diomar Pérez, cuando dos sujetos en una moto los interceptaron. A pesar de que el conductor les entregó las llaves, el parrillero disparó contra Monzant sin mediar palabras, ocasionándole la muerte.
Una semana después del asesinato de Rafael Monzant, el hampa se cobró otra vida muy cercana a la farándula venezolana. La señora Dilia Magdalena Valderrama Velásquez era la madre de la actriz venezolana Ivette Domínguez y del diputado de la Asamblea Nacional Jesús “Kike” Domínguez. La señora Valderrama fue encontrada maniatada en una habitación de su casa donde fue brutalmente asesinada a palos. Según lo que se conoció, la señora falleció debido a un contundente golpe en la parte posterior de la cabeza.
Ahora si de secuestros hablamos tenemos que mencionar el del pelotero Wilson Ramos ocurrido en noviembre del pasado año. Wilson fue raptado por cuatro hombres armados quienes se lo llevaron en una camioneta, hecho ocurrido en el sector de Santa Inés en el estado Carabobo. Afortundamente el beisbolista solo estuvo secuestrado dos días, fue raptado el miércoles 9 de noviembre y para el viernes 11 el Cicpc y la Guardia Nacional lograron su rescate.
El actor Rhandy Piñango también fue víctima de un secuestro, en este caso del tipo express. El hecho transcurrió cuando unos antisociales lo interceptaron mientras conducía su vehículo por los alrededores de los Chaguaramos. Aunque se desconoce si se efectuó algún pago por su liberación si se dio a conocer que el actor fue liberado por sus captores horas más tarde en perfecto estado de salud.
Ahora bien, de homicidios y secuestros pasamos a casos menos trágicos, pero no por ello menos traumantes. Los asaltos se han convertido en acontecimientos comunes para los venezolanos, hasta el punto de no sorprendernos cuando nos enteramos de alguno o incluso cuando nos sucede a nosotros mismos.
Los asaltos se han convertido en acontecimientos comunes para los venezolanos, hasta el punto de no sorprendernos cuando nos enteramos de alguno o incluso cuando nos sucede a nosotros mismos
Cientos de venezolanos comunes sufren a diario este delito y muchos de los famosos también. Tal es el caso de cuatro candidatas al Miss Venezuela del año pasado, Isabel Zamora (Miss Miranda), Sara Coello (Miss Vargas), Ángela Ramírez (Miss Cojedes) e Isabela Ramos (Miss Carabobo). Las misses fueron abordadas por unos motorizados cuando llegaban a un gimnasio en Macaracuay en la ciudad de Caracas, quienes las despojaron de sus celulares y de otras pertenencias. Por suerte el hecho no trascendió y no les pasó nada peor.
Otras estrellas que también han sido víctimas del hampa fueron la actriz Elaiza Gil, quien fue víctima de un episodio parecido cuando fue atracada por dos hombres armados en plena autopista Francisco Fajardo a la altura del hotel Tamanaco y la animadora Sandra Villanueva, quien pasó un mal momento cuando unos delincuentes trataron de robarla en el estacionamiento del Centro Comercial Plaza Las Américas. Por fortuna la animadora logró escapar del asalto.
Así pues, como dijimos anteriormente la delicuencia no tiene distinción de ningún tipo por lo que ni las estrellas internacionales se han salvado del hampa. Tal fue el caso de la cantante Olga Tañon quien fue víctima de un hurto en la ciudad de Barquisimeto en diciembre de 2011. Los delincuentes abrieron el autobús donde se encontraban las pertenencias de la cantante y de su equipo y les robaron las carteras y maletines. Tañón dijo que el hurto ocurrió mientras ella y su equipo comían en un restaurante.
Definitivamente cuando un problema social como la delincuencia se expande de la manera que lo ha hecho en los últimos años, es sumamente difícil escapar de ella. Indiferentemente de la profesión u ocupación que tengamos todos debemos salir a la calle a diario, por lo que muchas veces se nos hace prácticamente imposible evitar esta dura realidad venezolana.
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