Madre e hijo separados por guerra guatemalteca se abrazan 29 años después (+ fotos)

GUATEMALA, 2 abril 2011 (AFP) – Cuando tenía tres meses de edad, Angel Aníbal Velásquez fue separado de su familia en una incursión militar que destruyó su aldea durante la guerra civil guatemalteca (1960-1996), pero aunque todos lograron refugiarse en México, se reencontró con su madre 29 años después.

Velásquez y su madre, Juana Tercero, se abrazaron en medio del llanto y cámaras fotográficas el viernes, después que se separaran en 1982 en una montaña del norte de Guatemala, a donde habían escapado para salvar sus vidas.

La madre narró que durante el escape perdió a tres hijos en la montaña. El reencuentro con Aníbal le dio una doble satisfacción, porque al fin se enteró de que su hija Gloria Angélica también vive en la misma aldea mexicana que su hermano, aunque nadie sabe qué pasó con el otro niño.

Cuando Aníbal y Gloria se perdieron en la selvática región de Ixcán, tras escapar de su aldea Pueblo Nuevo, unos 350 km al norte de la capital, cerca de la frontera con México, fueron rescatados por Candelaria Velásquez, una hermana de su padre, Juan, quien murió hace tres años en Guatemala.

Por separado las familias se refugiaron en México. Aníbal y Gloria Angélica en el Estado de Campeche, mientras que su padre, madre y otros hermanos, en el Estado de Quintana Roo.

Después que culminó la guerra en Guatemala, en diciembre de 1996, los padres regresaron al país para rehacer sus vidas con la ayuda de un programa de repatriación impulsado por la ONU. Sin embargo, Aníbal y su hermana no aceptaron volver a la nación que los vio nacer, pero que no conocían.
Aníbal, que este mes se convertirá en padre, asegura que se siente mexicano debido “a que toda mi vida he vivido allí”, aunque contó a la AFP que carece de documentos de identidad mexicanos.

“Es primera vez que vengo a Guatemala”, dijo.

Para mí soy mexicano, pero de sangre guatemalteca, por eso no soy 100% mexicano. Ahora me dividí en dos porque quiero seguir viviendo en México y sé que mi mamá está en Guatemala”, agregó.

Sobre los hechos que condujeron a esta larga separación, prefirió no ahondar aunque expresó que “si los tuviera enfrente (a los militares) los mataría, les quitaría la cabeza, pero no quiero más odio. Dios dirá si los perdona o no”.

“Por culpa de ellos no conocí a mi papá, ahora me cuentan que murió y me da rabia porque no lo conocí”, lamentó.

El encuentro entre madre e hijo se realizó en el patio de la sede de la organización de derechos humanos que propició el reencuentro, el Grupo de Apoyo Mutuo, con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

La guerra guatemalteca duró 36 años, dejando 200.000 muertos y desperecidos y 50.000 refugiados en México, según un informe de Naciones Unidas presentado en 1999.
La ONU responsabilizó del 93% de las muertes a las fuerzas del Estado, el 3% a la ex guerrilla izquierdista y al resto no pudo precisarlo.

Por Edgar Calderón


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